Las palabras, los términos, los conceptos, son categorías históricas cambiantes. Estas evolucionan y es preciso seguir su ritmo. Las palabras “suenan y resuenan” distintas según los tiempos.
La acumulación,
el desarrollo, la modernización, crean contextos no cubiertos por el léxico
tradicional, por tanto muchas palabras son interpretadas, traducidas o adaptadas,
muchas veces de una manera imprecisa, ambigua o incompleta; en ellas, se
refleja el enfrentamiento de sociedades asimétricas integradas.
Soy partidario
de una posición epistemológica en la búsqueda de la precisión lingüística. Es urgente
una revisión y replanteamiento de la “terminología” musical
venezolana-latinoamericana. Debemos buscar y reflexionar sobre el uso correcto
del lenguaje, sobre todo al momento de estudiar nuestra música.
En este contexto
propongo el diseño de un diccionario de terminología de la música tradicional
venezolana, reforzando los usos y aplicaciones de una infinidad de términos de alcances
locales y nacionales, que obedecen a un medio social y cultural particular de
nuestra historia.
Este proyecto
representa un intento por clasificar y describir en forma alfabética, términos,
expresiones, formas de ejecución, efectos
tímbricos, géneros, secciones musicales o del baile, etc. Además de insertar como entradas: instrumentos musicales, definiciones, nombre
de algunos “golpes” y títulos de antiguas composiciones.
Llama la
atención que una gran cantidad de composiciones populares/tradicionales de
viejos tiempos no tuvieron, la legitimidad y los espacios necesarios de
proyección, dificultando así reforzar en los compositores posteriores,
lenguajes y modos de expresión propios.
Antes bien, se
constituyó una tendencia de los musicólogos, desde el propio siglo XIX –y que
ha continuado hasta nuestros días- al menosprecio de la producción musical
original criolla.
La música popular y tradicional venezolana, en especial modo la de aquellos que la historia ha olvidado, ha
tenido que enfrentarse con una doble condición periférica: como un “producto
menor” de una “tradición menor”.
Veamos algunos
términos musicales, solo en el contexto de nuestra diversidad de Joropos:
Aragüato (El):
Transcripción en compás de 6/8 de “Aires Nacionales”
inserta en Ensayos sobre el Arte en Venezuela de Ramón de la Plaza,
1883.
Aragüeño (Golpe):
“Pocos momentos después bailaba yo un golpe aragüeño con la madre del
muertecito, quien según costumbre, preside estas fiestas como una Pascua. Y a
fe que no hay por qué exigirle seriedad ni menos tristeza; aferradas en las
creencias del catolicismo, las mujeres de nuestro campo ven la muerte de sus
hijos pequeños casi como una dicha: son "ángeles" y van al cielo...”,
[M. V. Romero García en Peonía,
1890].
Arpisto:
Denominación popular de los ejecutantes (masculinos) del arpa.
Camarones:
Otra manera de denominar a los Yaguazos (Joropo Central). M. A. Ortiz lo señala
como “encierres del yaguazo”.
Chipola:
Según Lisandro Alvarado: “Aire popular de movimiento vivo, muy usado en
nuestros campos”. Especie que hoy se ubica entre los golpes [del joropo]
llaneros, y está caracterizado por una armonía modulante, que se mueve entre el
modo mayor y su relativo menor.
Corrido:
“Corrido, Pasaje y Golpe son por lo tanto especies de un
género que es el festivo”. … [Ramón y Rivera en El Joropo. Baile Nacional de Venezuela, 1953, p. 23].
Discante:
Denominación antigua para el “Cuatro” venezolano. “La gente del pueblo
generalmente los canta en las diversiones llamadas joropos, acompañados de
bandola, discante y maracas” [Ramón de la Plaza, Ensayos sobre el Arte en
Venezuela, 1883]
El Juan Bimbe: Transcripción
en compás de 6/8 de “Aires Nacionales” inserta en Ensayos sobre el Arte en
Venezuela de Ramón de la Plaza, 1883.
Empiñona’o:
Momento de ejecución acentuada del toque del arpa en solo dos acordes: tónica y
dominante.
Escobilleo:
“Escobillar es, en algunos bailes, batir el suelo con los pies con movimientos
rápidos semejantes a los que se hacen para lustrar los pisos”; [Ángel Rosenblat
en Buenas y Malas Palabras, 1956].
Escote:
Pago de cuota para el baile de un joropo (central). Daba derecho a comer,
bailar y “echarse un palito” [En “Así nació el Golpe Aragueño” por Magín
Rodríguez].
Fandango:
“El vocablo fandango, proveniente de España, se utilizó entre nosotros hasta
fines del siglo pasado [XIX] para designar no sólo el baile, sino también un
poco, la connotación genuinamente popular de esas reuniones. Ese vocablo es el
que utilizan, a veces con cierto dejo de menosprecio, historiadores, jueces y
prelados al referirse a los bailes que se efectuaban tanto en los pueblos y
ciudades, como en los campos”. [Ramón y Rivera en La Música Popular de Venezuela, 1976].
Guitarrita:
Denominación antigua para el “Cuatro” venezolano. “La guitarra del llanero es
pequeña y rústica, con cuatro cuerdas forjadas por su mano con tripas de
recental”. [R. Bolívar Coronado en El
Llanero].
Jornada (hornada u “ornada”):
“Cada
sección de Revueltas se llamaba “Jornada” como el día de trabajo en la
hacienda, o “Jorna” como diría el campesino”, [Pedro Sanabria, 2006]
Llamada del mono o del coco:
Parte final de la Revuelta en el Joropo Central, donde el cantor entona una
copla de carácter humorístico. (MAO)
Pajarillo:
El Golpe recio más representativo e interpretado en los joropos. Antiguamente
se le denominaba “Pájaro”: “–No se vayan –dijo Pascual el de los cuernos–, que
van a tocar un pájaro. –Vamos con él”. [Romero García en Peonía, 1890, p. 338].
Piquirico:
“…Se trata en dicha fuente de una averiguación sumarial efectuada en Caracas en
diciembre de 1815, con motivo de que en un baile se cantaron ciertas coplas
subversivas en honor a Bolívar, y ello trajo como consecuencia la averiguación
en que se mencionan ciertos bailes –o piezas- como El Piquirico, El Sambe y El Mono (según declaración del preso
Victorio Villegas por esta causa)”, [citado por Ramón y Rivera en La Música
Popular de Venezuela, 1976].
Revuelta:
Se compone de cuatro partes o secciones básicas que van enlazadas entre sí: Pasaje, Yaguaso, Guabina y Marisela. Revuelta es, hoy día, un
término que da nombre a una especie musical propia del joropo central y también
empleado para indicar el paso, giro o cambio de una variante a otra del joropo.
Es un vocablo de gran interés para el mejor conocimiento de la evolución de la
música tradicional venezolana.
Zarambeques:
“… desviando a los fieles de las obras del espíritu, proponiéndoles las de la
carne en las próximas ocasiones de pecar, que les facilita con los diabólicos
bailes, llamados vulgarmente fandangos, zarambeques, danzas de monos, y otras
semejantes”… [Ramón y Rivera, El Joropo, 1953].
Autor: Alexander Lugo Rodríguez
30/09/2024