lunes, 21 de junio de 2021

EN TIEMPOS DE JOROPO. Por Alexander Lugo Rodríguez

 

        


Recientemente en Venezuela se inició de manera oficial, ministerio de la cultura de por medio, la elaboración del expediente que elevaría ante la Unesco la postulación de nuestra amplia variedad de Joropos, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Es un trabajo que no empezó ahorita, viene de muy atrás, y en esto tiene mucho que ver la intensa labor del profesor e investigador Benito Yradi, presidente del Centro de la Diversidad Cultural.

     A mediados del año 2019 organizamos junto al profesor Benito Yradi varios encuentros sobre nuestros joropos. Las jornadas la titulamos: Venezuela Tierra de Joropos, y logramos convocar hasta la sede de la hermosa casona de Los Rosales, a un importante grupo de cultores, investigadores, músicos, bailadores y amantes en general del joropo en todas sus formas y especies.

     Este evento lo planteamos desde la Fundación Mandolinas de Venezuela e instrumentos afines: Fundamandolina, institución dedicada a la Formación, Investigación y Desarrollo Artístico-Social, del Movimiento Cultural-Musical, vinculado a las Mandolinas, Bandolas Venezolanas e Instrumentos afines.

        El 21 de septiembre del año 2019 comenzamos con la primera jornada dedicada al Joropo Oriental, que constó de Conversatorio, Muestra Musical y Baile. Quince días después, se realizó la segunda jornada dedicada a este joropo del oriente del país. Así continuamos cada quince días abordando un tipo distinto de joropo de acuerdo a su zona de expansión por el territorio nacional.

  El 22 de febrero de 2020 realizamos el I Taller Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad según la Convención de la UNESCO, el cual fue dictado por Benito Yradi, donde pudimos compartir saberes con un importante grupo de cultores e investigadores, entre los que podemos mencionar a Ismael Querales, Carlos García, Jesús Rondón, Cheo Hurtado, Fernando Guerrero, Milagros Figuera, Giovanni Sciortino, Alejandro Bruzual, Miren De Tejada, Yadira Gudiño, Arianne Véliz, Armando Quero, entre otros.

Revisemos algunos autores que han dedicado tiempo y trabajo al tema del joropo, diversos enfoques nos brindan un exhaustivo recorrido por esta palabra polisémica. Veamos primero aquellos que la refieren como un asunto corporal, así como de la euforia del baile y de aquella música que la suscita:

Lisandro Alvarado en su Glosario de Voces Indígenas (1921), nos pinta el joropo como “Aire y baile popular”. En su novela autobiográfica Viaje al Amanecer (1943), Mariano Picón Salas hace esta ardorosa descripción de un baile de joropo: “…el tremendo dios del joropo. Es una danza caliente, veloz que sume hasta marear, en su sensual torbellino”. En cuanto a la semántica del término, el filólogo y ensayista Ángel Rosemblat señala: “Nos parece que Joropo es un derivado de jaropear en el sentido de bailotear. El Joropo sería así un baile en que lo característico era el zapateado o escobillado”.

En 1953 Luis Felipe Ramón y Rivera publica El Joropo: Baile Nacional de Venezuela. Allí parte de sus antecesores para definir al joropo: “El concepto tradicional da a ese término primordialmente la significación de baile”.

El eminente etnomusicólogo francés Gerard Behague publicó en su libro La Música en América Latina (1983) que: “El joropo es una danza bastante rápida y frecuentemente hace uso de la hemiola”, con esto incorpora un elemento musical en su compleja rítmica. La dupla de antropólogas venezolanas Cecilia Fuentes y Daría Hernández confirman el apego del término a la parte dancística: “El joropo es conocido como una expresión musical bailable de generalizada y larga tradición en el país”, (1987).

Cuando hay baile por ende existe una música que lo convoca, veamos dos referencias donde se aparean los dos términos y uno más donde se suma la poética de los versos:

Denominado por mucho tiempo como fandango haciendo alusión a un baile o fiesta. Hoy se denomina así al baile folclórico y a la música que lo anima.”. (José Peñín, 1998)

El joropo es el canto y baile nacional de Venezuela y de los llanos orientales de Colombia”. (Rafael Salazar y Oswaldo Lares, 2003)

“Joropo de manera genérica, designa formas de música, baile y poesía popular”. (Edgar Ricardo Lambuley, 2014).

Veamos ahora al Joropo en sus referencias como Fiesta Popular, tal como provenía del antiguo Fandango:

“Fiesta popular hogareña” lo definió Ramón y Rivera en La Música Popular de Venezuela (1976). Asimismo en la obra citada de Fuentes y Hernández, las antropólogas señalan que: “No sólo en Venezuela, también en México y en España, la voz “joropo” significa fiesta y alboroto”. Y más adelante refieren: “es sinónimo de toda una fiesta de participación popular en la que se interpreta y baila este tipo de música y que se realiza para conmemorar un acontecimiento importante en la comunidad o en la familia”.

En su artículo La Maricela. De la Oralidad a la Escritura, (2002) el musicólogo José Peñín describe: “… enigmático término que hoy conocemos como joropo y que sustituyó en la segunda mitad del s. XIX al de Fandango, utilizado para significar una fiesta de carácter popular donde se cantaba con el acompañamiento de instrumentos, se bailaba, se comía y sobre todo se bebía”.

Del mismo modo podemos leer en el libro El Arpa en Venezuela (2016), del musicólogo y arpista Fernando Guerrero que: “El joropo no es una pieza, no es un baile, es un espectáculo, no se toca ni se baila, se celebra la fiesta que se manifiesta como una totalidad, integrada por espacio, vestuario, anécdota, aguardiente, lo mágico-religioso, la relación de personas y por supuesto, alrededor de la música”.

La investigadora y docente universitaria Katrin Lengwinat, publica en 2016 un artículo titulado: Joropo llanero tradicional en Venezuela, allí señala que: “El joropo en su ambiente consuetudinario, es fiesta, encuentro, música específica, baile y también comida y bebida”. El investigador colombiano Edgar Ricardo Lambuley, señaló en su tesis doctoral ya citada: "Resulta normal encontrar referencias al joropo en relación a las actividades propias del parrando —la fiesta tradicional llanera—.

El sentido de Identidad y de expresión Cultural no escapa al universo del Joropo, veamos:

·         “Joropo es el nombre que incuestionablemente define ante propios y extraños, la esencia de algo netamente venezolano, (Ramón y Rivera).

·         El joropo, prototipo de la música mestiza”, (Gerard Behague).

·         “…factor de identidad venezolana. Como expresión de la cultura popular, posee relación con otras tradiciones de países latinoamericanos que tienen antecedentes históricos comunes”. “Es una de las expresiones más notable de nuestra cultura popular tradicional”, (Cecilia Fuentes y Daría Hernández).

·         “Es una de las expresiones folclóricas de mayor raigambre”. “El joropo es uno de los mejores símbolos del mestizaje cultural”. “El joropo es una de las manifestaciones más representativas del folklore nacional”, (José Peñín).

·         El joropo es una expresión de arte popular en permanente evolución, que involucra poesía, canto, música y danza”, (Claudia Calderón).

·         “El joropo como el fandango es también un fenómeno sociológico y no simplemente música y baile”. “en la cultura popular el joropo viene a ser una expresión genuina del pueblo”, (Fernando Guerrero).

·         “El joropo, es una expresión auténtica de la cultura de nuestro pueblo”, (Alexander Lugo).

·         “El joropo se constituye en factor definitorio de nuestra identidad nacional porque sus características y condiciones, así lo determinan”, (Cleotilde Fuentes).

·         “El término joropo es utilizado hoy en día para designar las prácticas culturales festivas que se dan alrededor de las músicas y bailes llaneros”, (Edgar Ricardo Lambuley).

·         El joropo constituye la corroboración fehaciente de la prolongación de fenómenos artísticos musicales de muy vieja data…, es quizás el género festivo-poético-musical de ascendencia hispánica más extendido y reconocido de Venezuela. (Oscar Bataglini).

·         “El joropo es la alegría esencial de Venezuela, la farsa y la tragedia venezolana, su melancolía, la languidez de sus siestas, la pasión de su querer, la agudeza de su ingenio y el furor de su temperamento”, (Thomas Ybarra).

 Tenemos toda nuestra fe puesta en el éxito del expediente que se está elaborando de la extensa variedad de nuestros joropos y su consecuente reconocimiento como Patrimonio Cultural de la Humanidad, puesto que para nosotros:

El joropo es parrando y escobilleo en el baile, “empatando noches con noches”, es composición de autor y creación colectiva, es anónimo y variante de todos, es tremolar del canto, y contrapunteo en la porfía y tañío del coplero, es bastimento del veguero, es pasión que palpita en el pecho, es baquiano de las coplas, por trochas y atajos, y senderos que cruzan aguas, montes y lejuras, y también es poesía doliente y es guayabo de amaneceres aquerenciado de “un anhelo de honda vida”. Y es el joropo, en sí, el arte de enlazar amores.




Alexander Lugo Rodríguez, junio de 2021



2 comentarios:

  1. Excelente contenido. Gracias por producirlo y compartirlo. Bravo por las definiciones de Calderón, Bataglini e Ybarra, en las cuales se nos recuerda el esencial componente poético del xarop. Que viva nuestro patrimonio cultural venezolano.

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