martes, 27 de julio de 2021

Pedro Oropeza Volcán y su ‘Alma de Artista’. Por Alexander Lugo

 


La obra musical de Don Pedro Ramón Oropeza Volcán es imponente y sorprende por su variedad, profusión y sobre todo por su belleza. De entrada diremos que ha influido en las creaciones de nuestros más importantes compositores populares de valses, merengues, danzas y de un de tipo de joropo que podríamos denominar de salón.

 

Nacido el 16 de agosto de 1872 en Guardatinajas estado Guárico, es el “decano” de nuestros Bandolinistas, instrumento donde se destacó como pionero y al que sin duda se dedicó con más pasión. Se sabe que desde muy pequeño ya ejecutaba varios instrumentos de cuerdas pulsadas, frotadas y también de vientos. Muy temprano, siendo apenas un niño de 10 años, se integró como músico a la Banda de su pueblo natal.

 

Entrando en la última década del siglo XIX, se destaca por su gran talento y capacidad de multi-instrumentista, a los 16 años de su edad ya domina toda la escena musical de Guardatinajas y sus alrededores.  Es muy solicitado por su excelente ejecución del cuatro, la guitarra y el bandolín. En 1909, decide emigrar al vecino estado Aragua, se había casado cuatro años antes con Doña Josefa Cabrera. Inicialmente se radican en Santa Cruz, donde estudió violín con el Dr. Salvador Acosta, paralelo a su actividad como ebanista y carpintero, oficios que había aprendido del padre.


Hemos recogidos testimonios de que el maestro Oropeza Volcán comienza a viajar a partir de 1912 a Caracas para proseguir su estudios musicales. En la capital de la República se encontraría con el maestro Salvador Llamozas (1854-1940), este fue profesor de Piano en la Academia de Música, perteneciente al Instituto Nacional de Bellas Artes. Aunque nuestro primer bandolinista no aparece en la lista de alumnos de Llamozas, no es extraño que hubiera aprovechado los conocimientos del viejo maestro, quien se mantuvo en su cátedra de Piano hasta 1936, año en que le sucede uno de sus más aventajados discípulos, otro guariqueño excepcional, el maestro Moisés Moleiro. Por otro lado, dudamos que haya estudiado con Teófilo León (1892-1969), quien era veinte años menor que él y para la fecha en que nuestro personaje comienza sus viajes a la ciudad capital, el fundador de la “Estudiantina” Universitaria de la UCV, recién había iniciado estudios formales con el maestro Sojo en el “Conservatorio de Música y Declamación de Caracas”, hoy Escuela Superior de Música ‘José Ángel Lamas’.

 

Oropeza Volcán se establece luego en Villa de Cura, corría el año 1915. Allí comienzan a conocerse las facetas donde será más recordado y su nombre servirá de epónimo a importantes instituciones culturales, hablamos de su labor como director musical, docente y compositor. En el año 1917 dirige la Banda Zamora de Villa de Cura y aparecen sus primeras obras musicales. Entre ellas se menciona el vals “Claro de Luna”. Se calcula que compuso un número superior a las 130 obras populares, y otras tantas de corte religioso.

 

Entre las más interpretadas hasta el día de hoy, destacan los valses: “Pétalos de Rosa”, “Sol y Sombra”, “Joce”, “Claros de Luna”, “Alma de Artista” y la muy popular: “Venezuela y Colombia”, al estilo del Pasillo colombiano. Otros valses con nombres propios son: “Petrica”, “Arturito”, “Julieta”, “César”, “Josefina”, “Olga y Gisela”, entre otros. Asimismo los sabrosos Joropos: “Rochela Llanera”, “El Pajarillo Llanero”, “La Guabina”, “Guachamarón llanero”, “La Guarandinga”, “Negro Primero” o “Aire Llanero”.

También compuso excelentes Marchas, Polkas, Pasodobles, Danzas, Himnos y Misas. De su amplio repertorio y variedad de géneros que abordó, destacan sus extraordinarios Merengues, de una melodía saltarina y ricas armonías, como son: “No Quiero que me Quieras”, “Negra Linda”, “El Cucharón del Pailero” y los célebres: “Nicolasito”, y “Morenita”. El estilo de estos merengues instrumentales y de finas texturas, será el modelo del merengue de “salón”, hecho para apreciarlos a la manera del concierto, muy distintos a los que se desarrollarían a mediados del siglo XX, con las grandes orquestas de bailes difundidos por directores como Luis Alfonso Larrain y conjuntos como “Los Cañoneros”. Los merengues de Oropeza Volcán están en la línea que luego seguirían emblemáticos compositores como Luis Laguna, Alberto Muñoz, Cruz Felipe Iriarte, Pablo Camacaro, Henry Martínez y el propio Teófilo León.

A partir de 1921 se muda definitivamente a La Victoria, donde permanecerá por el resto de su larga vida. Continuando su labor docente y de director de Bandas y diversos conjuntos.  A la histórica ciudad del estado Aragua llegó para sembrarla de música, otro tanto hizo en El Consejo, población vecina donde fundó y dirigió la Escuela de Música, conjuntamente con don Roque Ayala Romero. Juntos participaron en la formación musical de El Consejo y La Victoria, y levantaron a una generación de músicos cuyas notas aún se oyen en esos pueblos de los hermosos valles de Aragua.

Veamos el relato de uno de sus alumnos de aquella época, Germán Fleitas Núñez, abogado, historiador, autor y político venezolano, fue el primer alcalde del Municipio José Félix Ribas del Estado Aragua y fundador de la Casa de la Cultura de La Victoria, donde funge actualmente como cronista oficial de su ciudad:

 

Las clases eran en la tarde y en las noches y los martes era día de júbilo porque venía de La Victoria el “Maestro Oropeza”. Nos examinaba a todos, grandes y pequeños y al final, cuando la clase había terminado, se sentaban en la puerta los dos maestros (Oropeza Volcán y Ayala Romero) y tocaban los instrumentos que bien podían ser violín y cuatro o guitarra y violonchelo o bandolín y cuatro, ya que ambos tocaban magistralmente todos los instrumentos de cuerdas. Sus nombres están unidos para siempre en lo más hermoso de la vida consejeña.

 

Así, entre la poética del buen vivir, la docencia, la composición musical y su ¡alma de gran artista!, transcurrió la vida del maestro Pedro Ramón Oropeza Volcán, despidiéndose de este mundo terreno a sus 87 años, el 27 de julio de 1959.

 

 

Alexander Lugo Rodríguez

                                                                                      27/07/2021



2 comentarios:

  1. ¡Saludos mi estimado Dr. Alexander! Excelente reseña de ese gran músico y mandolinista que dio vida a tantas obras hermosas y que su legado aún camina entre los músicos venezolanos.

    ResponderEliminar
  2. Muchos saludos querido amigo! Todavía hay mucho que hacer por resaltar y dar a conocer nuestros valores.

    Espero te encuentres bien y que sigan los éxitos!

    ResponderEliminar

Gracias a la Providencia: “Gran Misión Viva Venezuela”. Por Alexander Lugo

  “Creo en los Poderes Creadores del Pueblo” Aquiles Nazoa El viernes 16 de febrero se llevó a cabo el lanzamiento de “La Gran Misión Viva...