domingo, 19 de septiembre de 2021

HOY TE DEDICO MIS MEJORES PREGONES: MÚSICA Y CANTOS DE TRABAJO. POR ALEXANDER LUGO

 



Es cosa sabida que en nuestros cantos de faenas se alaba la naturaleza, la cosecha que se nos brinda y la peculiaridad de la vida del campo, se enmaraña el misticismo de estos cantos con la magia y la religión. La gente más humilde del pueblo, en sus faenas de trabajo involucra constantemente el canto como aliviador espiritual de los estragos de la rudeza del trabajo, esto tiene mucho de la identidad, sobre todo la identidad sonora, haciendo parte de la historia social y cultural de los pueblos latinoamericanos.

En su libro Cantos de Trabajo del Pueblo Venezolano, de 1955, el maestro Luis Felipe Ramón y Rivera (1913–1993), fue de los pioneros en estudiar estas manifestaciones de carácter estético-utilitario. El autor asume que el canto de trabajo es universal: 

El hombre canta mientras trabaja, muchas veces con el deseo de acompañarse, de no estar completamente solo. Cualquier canto aprendido quién sabe dónde puede acompañar al hombre en su trabajo”.

Los Cantos de Trabajo, - denominados “Tonadas” en la región del Llano- poseen un carácter funcional y están al servicio de las faenas, su valor espiritual consiste en distraer, y aliviar del esfuerzo por las mismas. Estos cantos son tan numerosos como plurales en nuestra geografía, y en todos los momentos que implique las labores humanas. Así, los hay agrícolas y de pastoreo, de colecta de la cosecha, del oficio de pilar o del mero acto del lavado de ropa a orillas de un rio, referidos a las labores manuales más diversas. Por lo general son cantos individuales, con sus notables excepciones.

 “La manera como nuestro pueblo ha mezclado diferentes ritmos, escalas giros melódicos, es tan original, que no tenemos reparo en proclamar como algo puramente nacional esta música”, nos revela Ramón y Rivera. Esto hace desde luego, que sea un canto en conexión con el trabajo, el fruto y el ente espiritual protector.

Aquella condición de individualidad se cumple a veces entre dos personas que trabajan, y así surge un diálogo; por ejemplo en los cantos de arreo de ganado, los de coger café y los de pilar maíz. En cuanto a los “cantos colectivos”, no hay mejor ejemplo que el de lavanderas, registrado por Francisco Carreño y otros en el estado Yaracuy.

Las diversas faenas relacionadas con la cría de ganado vacuno, han sido descritas por nuestros mejores escritores.  Los cantos apaciguan el ganado, como el amor al llanero. De modo directo, en la novela Doña Bárbara de Rómulo Gallegos es el personaje “Antonio Sandoval” quien lo define semiológicamente, cuando echa en cara a “Marisela” su amor por “Santos Luzardo”: —“Usted es para el doctor, mejorando lo presente, como la tonada para el ganado, que si no la escucha cantar, a cada rato está queriendo barajustarse”.

En la misma obra, Gallegos evoca: “bajo un cielo de pizarra, se eleva el cabildeo plañidero de centenares de reses que serán conducidas camino de Caracas, a través de leguas y leguas de sabanas anegadas, paso a paso, al son de las tonadas de los encaminadores: Ajilá, ajilá, novillo/ por la huella el cabestrero/ para contarte los pasos/ del corral al matadero”.



Veamos algunos de los Cantos y Pregones de Trabajo más representativos:

Los Cantos de Ordeño

Contribuyen notablemente a apaciguar los animales. En la copla que se canta va siempre el nombre de la vaca, ya expresamente como parte del sentido de la copla, o bien como aditamento final, que el hombre repite dos o tres veces para que la vaca lo oiga bien. Llámese cantos ‘de ordeño’ las vocalizaciones improvisadas por los llaneros al pie de las reses, mientras extraen la leche de las vacas que han tenido cría.

En “Doña Bárbara”, se describe una escena tomada de los llanos apureños:

 “Con el primer menudeo de los gallos comenzaba el ordeño. ‘Jesusito’ se apostaba friolento en la puerta del corral de los becerros, y los ordeñadores entraban en el de las vacas, rejo y camaza en mano y con la copla ya pronta en los labios: Lucerito e la mañana/ préstame tu claridad / para alumbrarle los pasos/ a mi amante que se va.

La literatura venezolana es pródiga en testimonios sobre los cantos de ordeño. En la novela Memorias de Mamá Blanca (1929), Teresa La Parra trae un bello pasaje que hace alusión al oficio:

“Daniel trataba de que las vacas estuviesen bien atendidas para que diesen mucha leche en primer lugar, y para que al sentirse felices y satisfechas no pudiendo ellas prescindir de él. El procedimiento del ordeño era el siguiente: después de haber lanzado sus tres llamados o gritos musicales, entonada mezcla de asonancias con disonancias, cosa imposible de imitar: ¡Nooooche Buena, Noche Bueeeena, Noche Buena!

Los cantos de ordeño establecen una atadura espiritual entre el llanero y el ganado. Es una suerte de amor entre hombre y animal, expresado en melodías.

Los Cantos de Arreo

El Llano es el escenario de uno de los cantos de trabajo más interesantes. El Llano con sus condiciones topográficas, su clima, sus rigores naturales. Allí el “ordeñador” en las queseras, o el que conduce las puntas de ganado, o el simple veguero son otros tantos protagonistas de una vida difícil que tiene en el canto y en el amor los únicos escapes de posible espiritualidad. Por eso van siempre juntos la copla amorosa con la melodía, que lo mismo puede ser para amansar los animales, como para armar bullicio en la ocasión de un Joropo. Los peones cantan a las reses que encaminan a las ventas o mataderos. Las largas jornadas ofrecen tiempo a las improvisaciones de versos y cuartetas:

Camino del llano viene

Puntero en la soledad

El cabestrero cantando

Su copla en la madrugá aaaaaah

El toro pita la vaca

Y el novillo se retira

Como el novillo era toro

La vaca siempre lo mira



Cantos de Molienda

Para moler la caña se empleó durante mucho tiempo el método más primitivo, El Trapiche colonial. De grandes maderos dentados, fue hermano del arado, también de madera, el que se usaba para abrir el surco, tirado por eglógicos bueyes. Para este fatigoso trabajo lento y tedioso, inventaron nuestros hombres sus cantos de molienda. El que arreaba alternando con el que metía la caña entre las ruedas, cantaba coplas como esta:

Muele bueycito querido

Que el guarapo ya salió

Ya la caña se molió

Su amo queda agradecido


En Mapararí (Falcón) añadían a los tradicionales “cantos de molienda” (también llamados de “Trapiche”) un ritmo que llamaban el “Tun-Tun del trapiche”. Este tun-tun se lleva a cabo al momento de batir el melado de la caña dentro de las bateas y lo producen con las grandes palas de madera, golpeando con ellas mientras baten, dentro de la batea, y con el mago de los palos sobre el borde de la misma. El ritmo producido tiene dos timbres: el de la pala adentro, ronco y pastoso, y el del mango, afuera, agudo: Taca-Ti, Taca-Tí (semejante al ritmo del quitiplás).




Cantos de Lavanderas

Los cantos que entonan las lavanderas son uno de los ejemplos más raros e interesantes de cantos colectivos de trabajo. La investigación de estos cantos fue realizada en un viaje que hicieron en 1947 J. M. Cruxent, Juan Pablo Sojo y Francisco Carreño a Yaracuy, rio San Javier.

Para lavar necesito

Un río con agua clara

Y para lavar mis penas

Me basta con tu mirada

 

He aquí un extracto de un "Canto de lavanderas" Interpretado por las voces femeninas de "Vasallos de Venezuela":

https://www.youtube.com/watch?v=v-2TqksVGZI&ab_channel=HectorMolina




Cantos de recolecta de Café

La recolección o “cogida” de café tiene en los estados andinos y especialmente en el Táchira, un encanto especial. Bien lo dice la copla:

Tengo que coger café

Del más maduro al pintón

Y a las muchachas bonitas

Robarles el corazón

 

Provistos de unas cestas grandes salen hombre y mujeres en ruidosa algarabía hasta la plantación, donde los arbustos cargados con el rojo intenso del fruto, esperan para colmar las cestas. Durante el trayecto y mientras realizan la colecta, entonan coplas alternadamente; a la distancia responde un cantor o una cantora.

Canto de Recolección de Café y Cacao (Yojo) · Trabajo y Persona:

https://www.youtube.com/watch?v=Bnez7ow511Q&ab_channel=VariousArtists-Topic

Cantos de Pilar Maíz




El pilado se efectúa por lo general entre dos mujeres, cada una de las cuales se sitúa provista de su respectiva “mano e’ pilón” (mazo largo de madera de unos 4 Kg.) frente al pilón. Una vez colocado el maíz dentro y convenientemente humedecido, empieza la faena que consiste en golpear con el mazo en el fondo sobre el maíz. El peso de la “mano e’ pilón” de por sí es suficiente para lograr que el grano vaya soltando la piel. El trabajo y lo pesado de él consiste en levantar el mazo, operación que cansa desde los primeros momentos. La funcionalidad de este canto se expresa muy bien en esa sílaba “Oy” (a veces dicen “ay”) que acompaña el momento en que desciende el mazo. En ese momento la mujer expele con fuerza el aire, para respirar de nuevo al levantar el mazo. Al oír este canto se siente inevitablemente la angustia del cansancio. Interesante este Canto de Pilón (Canto Popular del Oriente Venezolano -Edo Sucre) interpretado por la Cultora Popular Sucrense Guillermina Ramírez (1920-2011):

https://www.youtube.com/watch?v=pRzBiHKASag&ab_channel=EfrainSalazarT.

A mi me gusta pilar

Pero por la mañanita

Porque me gusta lucir

Vestidos de florecita

 

Muchacho dile a tu madre

Que le mando a decir yo

Que yo no tengo marido

Porque ella me lo quitó


Los Pregones

La gracia popular halla sonoro cauce en las ciudades. Es también este un canto de trabajo. Algunos pregoneros anuncian con entonación musical bien definida, sus mercancías. En Caracas el canto de los pregoneros pone una alegre nota de color a la vida ciudadana.

El oficio de pregonero es uno de los más nobles y más hermosos que siempre han existido. Pregonar es publicar para ser oído por multitudes. Pregonar es hacer notorio en voz alta algo para que llegue a conocimiento de todos. Pero pregonar es también alabar en público los hechos, virtudes o cualidades de algo o alguien.

El pregón comercial, era el anuncio que se hacía a voz en cuello, gritado para anunciar lo que se vendía, lo que se ofrecía en forma ambulante. En Venezuela el pregón del vendedor ambulante se transformó en un género musical, representado en la historia nutrida y diversa, que nació de un grito y una necesidad.

Las voces callejeras que anunciaban las bondades de sus productos abundan en la crónica venezolana: El manguero, el botellero, el amolador, el pescadero, el frutero, el periodiquero, el ponchero, el pastelero, el cafecero, el billetero y muchos más son personajes que no pertenecen a la imaginería popular sino a la realidad de un país engarzado en el Caribe y en su propio mundo de tradiciones.

José Rafael Pocaterra plasmó en su genial cuento “De cómo Panchito Mandefuá fue a cenar con el Niño Dios” un inolvidable pregón venezolano:

Limpio, pulío/ limpio pulío... que era el pregón del limpiabotas, y el siempre necesario poeta Andrés Eloy Blanco, en su obra “Giraluna” asentó el antecedente de un pregón familiar del estado Carabobo: “Naranjas de Valencia/ naranjas amarillas de cuando el naranjo se baña/ naranjas de cuando el sol parece que en la alborada/ va a salir del horizonte, y sale de las naranjas”.

Aquiles Nazoa fue otro valor para el pregón. Y bastaría su “Amolador”, inspirador de un bello tema en su homenaje para contar estrellas y pedir deseos con él. He aquí: El Amolador: Aquiles Nazoa, interpretado por Lilia Vera:

https://www.youtube.com/watch?v=RJOBWYCUli8&t=120s&ab_channel=Yonac%C3%ADenestaribera-M%C3%BAsica



En Venezuela el Pregón sigue escribiendo sus páginas. Ahora con la difícil situación económica han vuelto a aparecer los pregoneros: se cambian plátanos, pescado a orilla de playa, racimos de plátanos al borde de la carretera por víveres, productos de limpieza, sal, lo que se produce en sus zonas por productos empaquetados. Todo un trueque. Y los vendedores de frutas han vuelto a dejar sonar la melodía: Si hay patilla, naranjas y melones, lleve el mango lleve la parchita, lleve el cambur… No son tan musicales, pero son pregoneros.

 

Alexander Lugo Rodríguez

19 de septiembre de 2021



Cantos de trabajo interpretados por Soledad Bravo: 


El Pregón de las Flores (Rafael Salazar) Interpretado por el Ensamble Entrama’o:

https://youtu.be/ZN1eqok1bPI





2 comentarios:

  1. ¡Bellísimo paseo por tan particular y creativa tradición profe! Muy agradable lectura para comenzar el día.

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  2. Un cordial saludo mi hermano...Las naranjas de Valencia que tú comentas son de la autoria de la valenciana Maria Luisa Escobar...

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