sábado, 5 de octubre de 2024

“Traigo la Salsa” en su Día Nacional. Por Alexander Lugo

 


Hoy celebramos en Venezuela el día nacional de la Salsa, en su honor rememoro mis incipientes amores y escarceos con la música bailable:

Comenzando la década de los 80 inicié mi experiencia como salsero en algunos combos tropicales por allá en las caminadas calles de El Tigre, fue con el conjunto del músico de origen trinitario Simeón, y así con “Simeón y sus Caribeans” recorrí varios pueblos del sur de Anzoátegui, pistas de bailes, templetes callejeros, casas club, por Pariaguán, San Tomé, El Tigrito, Cantaura, Anaco… hasta importantes fiestas en el antiguo Hotel Meliá de Puerto la Cruz.

Antes de Simeón ya había tenido cierta experiencia como trombonista en los géneros guapachosos con “La Trópicals Boys” de Perucho Navarro, allí tenía a mi lado al recordado amigo Rodrigo Zorrilla, arquitecto y buen músico (saxofonista, flautista y clarinetista), venido de Chile junto con su familia tras el golpe de estado de 1973. Es Rodrigo quien me lleva y presenta con Simeón.

Como trombonista, decisión que le debo al gran maestro Antoine Duhamel, a quien escuché desde lejos, tocando su instrumento -que había brillado como primer trombón de la Orquesta de la Ópera de París- debajo de una mata de mango en el patio de la casa donde funcionaba el Módulo El Tigre, de la Orquesta Juvenil, y que nosotros llamábamos pomposamente “La Sinfónica”. En ese momento dejé mi instrumento de inicios, la percusión, y mi sueño de empezar a estudiar el corno francés, para –gracias a otro galo- comenzar a mover la vara del “sacabuche”.

Pero volvamos al día que celebramos hoy en Venezuela, y para eso nos remontamos casi un siglo hacia atrás: un día como hoy 5 de octubre, pero de 1933, nace Phidias Danilo Escalona. Locutor y presentador venezolano, conocido por darle el término Salsa a un género musical, urbano, diverso y caribeño.  Phidias Danilo fue el primero que comenzó a llamar Salsa a ese nuevo, pero añejo género de géneros. Corría el primer lustro de la década del 60, cuando el locutor de Radiodifusora Venezuela denominaba un segmento de su largo programa como “La hora de la Salsa”.

Este día no podemos olvidar a Federico Betancourt, que con su “Combo Latino”, fue el primer grupo que tituló un LP incluyendo el nuevo término, con su producción “Llegó la Salsa del año” y fue con este fenómeno discográfico que se catapultó el término como movimiento cultural, desde nuestro país hacia el resto del mundo y en paralelo con los grandes exponentes que en los años 60 hicieron de este movimiento el fenómeno mundial bailable que conocemos.

Cuando en el año 1983 fui seleccionado para integrar una descomunal Banda de 100 trombonista venidos de todo el paìs, que tocamos en la inauguración de los Juegos Panamericanos de Caracas de ese año, decido mudarme a esta ciudad para estudiar música “clásica”. Pero la Salsa me perseguía y a cada intervalo (mayor o menor) se me presentaba con todo su encanto en una ciudad netamente salsera y donde la Rumba, el Son y el Guaguancó eran el pan mío de cada día.

Así que junto a los “compositores universales” que ensayaba y presentaba en conciertos sinfónicos regulares con La Orquesta Nacional Juvenil: Rossini, Tchaikovsky, Wagner o Gustav Mahler, en las más importantes salas de conciertos caraqueñas, alternaba en las noches el repertorio de la “salsa dura” por “sórdidos arrabales” (como diría Joan Manuel) de la “Caracas Underground”, por cierto ese fue el título de un disco que nos grabó en vivo en “El Maní es Así”, una “productora” italiana que publicó el disco por la redes y que nunca nos pagó.



Así que hoy 5 de octubre, Día Nacional de la Salsa, celebro y me celebro por esta maravillosa música –que me acompaña mientras transcribo estas dispersas ideas- que me ha permitido tocar con varios de los más importantes representantes del fenómeno musical del Caribe y todo el Continente y que significa mejor que ningún otro, musicalmente ser Latino.

Momento destacable de esta breve historia tiene que ver con nuestro “Sonero del Mundo” Oscar D’ León, -sin duda nuestro máximo representante de la Salsa venezolana en el mundo- cuando la Universidad de los Maestros: La UPEL, mi casa como profesor e investigador desde hace 20 años, le otorgó el Doctorado Honoris Causa, por todo lo que ha significado su trayectoria musical. Me tocó el honor de acompañar a Óscar dentro del claustro académico a su conferimiento y vivir con emoción sus palabras, siempre llenas de humildad y emoción.



Y así, con la emoción de mis recuerdos salseros, de las escaleras del barrio “El Nazareno” de Propatria, donde di mis primeros pasitos como bailarín de salsa, ¡mira que cosa! Dejo en voz del gran Maelo “El Sonero Mayor” que traiga su salsa pa’ gozar:

“Que yo traigo la salsa de verdad. Después no digas que no te invite a la rumba sonero”.

 

https://www.youtube.com/watch?v=B65B5A0naco

 

 

Con el "Sonero del Mundo"

Alexander Lugo Rodríguez

Sábado 5 de octubre 2024


lunes, 30 de septiembre de 2024

Apuntes para un Diccionario de la Música Tradicional Venezolana Por Alexander Lugo

 



Las palabras, los términos, los conceptos, son categorías históricas cambiantes. Estas evolucionan y es preciso seguir su ritmo. Las palabras “suenan y resuenan” distintas según los tiempos.

La acumulación, el desarrollo, la modernización, crean contextos no cubiertos por el léxico tradicional, por tanto muchas palabras son interpretadas, traducidas o adaptadas, muchas veces de una manera imprecisa, ambigua o incompleta; en ellas, se refleja el enfrentamiento de sociedades asimétricas integradas.

Soy partidario de una posición epistemológica en la búsqueda de la precisión lingüística. Es urgente una revisión y replanteamiento de la “terminología” musical venezolana-latinoamericana. Debemos buscar y reflexionar sobre el uso correcto del lenguaje, sobre todo al momento de estudiar nuestra música.

En este contexto propongo el diseño de un diccionario de terminología de la música tradicional venezolana, reforzando los usos y aplicaciones de una infinidad de términos de alcances locales y nacionales, que obedecen a un medio social y cultural particular de nuestra historia.

Este proyecto representa un intento por clasificar y describir en forma alfabética, términos, expresiones, formas de ejecución, efectos tímbricos, géneros, secciones musicales o del baile, etc. Además de insertar como entradas: instrumentos musicales, definiciones, nombre de algunos “golpes” y títulos de antiguas composiciones.

Llama la atención que una gran cantidad de composiciones populares/tradicionales de viejos tiempos no tuvieron, la legitimidad y los espacios necesarios de proyección, dificultando así reforzar en los compositores posteriores, lenguajes y modos de expresión propios.

Antes bien, se constituyó una tendencia de los musicólogos, desde el propio siglo XIX –y que ha continuado hasta nuestros días- al menosprecio de la producción musical original criolla.

La música popular y tradicional venezolana, en especial modo la de aquellos que la historia ha olvidado, ha tenido que enfrentarse con una doble condición periférica: como un “producto menor” de una “tradición menor”.



Veamos algunos términos musicales, solo en el contexto de nuestra diversidad de Joropos:

Aragüato (El): Transcripción en compás de 6/8 de “Aires Nacionales” inserta en Ensayos sobre el Arte en Venezuela de Ramón de la Plaza, 1883.

Aragüeño (Golpe): “Pocos momentos después bailaba yo un golpe aragüeño con la madre del muertecito, quien según costumbre, preside estas fiestas como una Pascua. Y a fe que no hay por qué exigirle seriedad ni menos tristeza; aferradas en las creencias del catolicismo, las mujeres de nuestro campo ven la muerte de sus hijos pequeños casi como una dicha: son "ángeles" y van al cielo...”, [M. V. Romero García en Peonía, 1890].

Arpisto: Denominación popular de los ejecutantes (masculinos) del arpa.

Camarones: Otra manera de denominar a los Yaguazos (Joropo Central). M. A. Ortiz lo señala como “encierres del yaguazo”.

Chipola: Según Lisandro Alvarado: “Aire popular de movimiento vivo, muy usado en nuestros campos”. Especie que hoy se ubica entre los golpes [del joropo] llaneros, y está caracterizado por una armonía modulante, que se mueve entre el modo mayor y su relativo menor.

Corrido: “Corrido, Pasaje y Golpe son por lo tanto especies de un género que es el festivo”. … [Ramón y Rivera en El Joropo. Baile Nacional de Venezuela, 1953, p. 23].

Discante: Denominación antigua para el “Cuatro” venezolano. “La gente del pueblo generalmente los canta en las diversiones llamadas joropos, acompañados de bandola, discante y maracas” [Ramón de la Plaza, Ensayos sobre el Arte en Venezuela, 1883]

El Juan Bimbe: Transcripción en compás de 6/8 de “Aires Nacionales” inserta en Ensayos sobre el Arte en Venezuela de Ramón de la Plaza, 1883.

Empiñona’o: Momento de ejecución acentuada del toque del arpa en solo dos acordes: tónica y dominante.

Escobilleo: “Escobillar es, en algunos bailes, batir el suelo con los pies con movimientos rápidos semejantes a los que se hacen para lustrar los pisos”; [Ángel Rosenblat en Buenas y Malas Palabras, 1956].

Escote: Pago de cuota para el baile de un joropo (central). Daba derecho a comer, bailar y “echarse un palito” [En “Así nació el Golpe Aragueño” por Magín Rodríguez].

Fandango: “El vocablo fandango, proveniente de España, se utilizó entre nosotros hasta fines del siglo pasado [XIX] para designar no sólo el baile, sino también un poco, la connotación genuinamente popular de esas reuniones. Ese vocablo es el que utilizan, a veces con cierto dejo de menosprecio, historiadores, jueces y prelados al referirse a los bailes que se efectuaban tanto en los pueblos y ciudades, como en los campos”. [Ramón y Rivera en La Música Popular de Venezuela, 1976].

Guitarrita: Denominación antigua para el “Cuatro” venezolano. “La guitarra del llanero es pequeña y rústica, con cuatro cuerdas forjadas por su mano con tripas de recental”. [R. Bolívar Coronado en El Llanero].

Jornada (hornada u “ornada”): “Cada sección de Revueltas se llamaba “Jornada” como el día de trabajo en la hacienda, o “Jorna” como diría el campesino”, [Pedro Sanabria, 2006]

Llamada del mono o del coco: Parte final de la Revuelta en el Joropo Central, donde el cantor entona una copla de carácter humorístico. (MAO)

Pajarillo: El Golpe recio más representativo e interpretado en los joropos. Antiguamente se le denominaba “Pájaro”: “–No se vayan –dijo Pascual el de los cuernos–, que van a tocar un pájaro. –Vamos con él”. [Romero García en Peonía, 1890, p. 338].

Piquirico: “…Se trata en dicha fuente de una averiguación sumarial efectuada en Caracas en diciembre de 1815, con motivo de que en un baile se cantaron ciertas coplas subversivas en honor a Bolívar, y ello trajo como consecuencia la averiguación en que se mencionan ciertos bailes –o piezas- como El Piquirico, El Sambe y El Mono (según declaración del preso Victorio Villegas por esta causa)”, [citado por Ramón y Rivera en La Música Popular de Venezuela, 1976].

Revuelta: Se compone de cuatro partes o secciones básicas que van enlazadas entre sí: Pasaje, Yaguaso, Guabina y Marisela. Revuelta es, hoy día, un término que da nombre a una especie musical propia del joropo central y también empleado para indicar el paso, giro o cambio de una variante a otra del joropo. Es un vocablo de gran interés para el mejor conocimiento de la evolución de la música tradicional venezolana.

Zarambeques: “… desviando a los fieles de las obras del espíritu, proponiéndoles las de la carne en las próximas ocasiones de pecar, que les facilita con los diabólicos bailes, llamados vulgarmente fandangos, zarambeques, danzas de monos, y otras semejantes”… [Ramón y Rivera, El Joropo, 1953].

 


Autor: Alexander Lugo Rodríguez

30/09/2024




jueves, 15 de agosto de 2024

Luis Mariano Rivera más que un músico es una Música Por Alexander Lugo

 


Luis Mariano, creo en esta hora de la melancolía, que fue el primer cronista popular de nuestros campos, de la historia de la gente sencilla de los pueblos y caseríos, conuquero de la palabra, pintor de gente llana y pura de su comarca, Poeta, con mayúsculas, de los aromas del campo, de los dorados cundeamores, del lucero que despunta, del aleteo del tucusito. Para nuestra música es el pionero del canto poético y sentido, es decir, el primero de todos, el inventor, el sendero que no deja de alumbrar.

Se desdobla el poeta en flor, en pájaro, en caracol, en aleteos:

¡Tucusito, tucusito! dime como hizo Dios para hacerte tan bonito:

‘tomó un poquito de tierra, de amor hay algún poquito

cinco gotas de dulzura, cuatro gramos de ternura,

sopló y me nació el piquito,

las alitas, el plumaje, las paticas el rabito.

Donde puso más cuidado

fue en ponerme los ojitos,

porque buscaba con ello

-que además de ser tan bellos-

reflejar la inocencia que envuelve mi cuerpecito’.

 

Luis Mariano nos dejó en este paso por los paisajes floridos de sus campos, el símbolo de un hombre infinitamente sensible, vibrante en toda su esencia por lo que le rodeaba, a todo hecho y experiencia transfiguraba en arte poética su vivir, estimulando una serie infinita de sensaciones, pensamientos y melancolías. Años antes de morir expresó en forma de ruego su voluntad:

Cuando yo muera

¿ qué puedo pedir para mi tumba?

Una lápida que diga así estos versos :

aquí yace Mariano poeta campesino

cantó a las flores cantó a los pájaros

cantó a la tierra y cantó a su pueblo.

 

Cada lenguaje tuyo Luis Mariano, es una tradición, cada sonido tuyo, un símbolo, una armonía, una textura; cada verso una fragancia, cada pensamiento un énfasis, una revelación.

Tu obra ¡espléndida! es pacto de compromiso con la vida y con la determinación creadora. Procuramos en el día a día, vivir de lejos la vida que fue tuya, maestro de las flores, abrigo de las ternuras. Nodriza de las querencias, perfumador de todos los caminos, encendedor de crepúsculos, tristeza de atardeceres.

Como Beethoven, como Bach, como Lauro, como Otilio, Luis Mariano será más que un músico, ¡una Música!

 

 

 

Alexander Lugo Rodríguez

a 118 años de su luz

 

martes, 13 de agosto de 2024

EL MORICHE “ÁRBOL DE LA VIDA” DE LOS WARAOS Por Alexander Lugo

 




la amargura del warao

no la quita ni lo dulce

del agua del morichal

(Alí Primera)

 

Los Waraos viven sobre los ríos que desembocan en el Orinoco, a través de los estados Bolívar, Delta Amacuro, Sucre y Monagas.

Se subdividen en numerosos grupos, entre ellos los Mariusa, Chaguane y los propiamente llamados Warao.

Esta es una auto denominación que significa “gente de embarcación”. Ellos denominan a los demás indígenas Hotorao, que quiere decir gente de tierra firme. Sin embargo, su sistema comunitario experimenta grandes cambios en tanto incorporan gentes no Warao.

Recibieron en un tiempo influencias de los Arawak y fueron grandes enemigos de los Caribe. Siempre vivieron selva adentro, entre pantanos, construyendo sus palafitos a orillas del rio.

El “árbol de la vida” de los guarúnos o Waraos es el moriche, porque constituye el principio, centro y fin de su existencia. Veamos lo indispensable que es para esta cultura:

 

Del corazón de esta palma extraen la llamada harina de yaruma que les sirve para elaborar el pan casero.

El tronco lo utilizan para las tablas del piso de la vivienda; también extraen de él robusto gusanos que comen crudos o cocidos,

Fermentan el vino: guarapo de moriche, considerado como un verdadero néctar que mana del tronco de la milagrosa palmera.

De la pulpa de la fruta hacen grandes bolas amarillentas que conservan en sus casas y que ellos se regalan entre sí. Es el llamado queso de moriche.

De la parte inferior del cogollo de la palma extraen una sustancia que ingieren, y de la parte superior confeccionan cuerdas, hilo, sogas y cabuyas que luego les servirán para tejer los chinchorros y las alpargatas.

Y aún más:

De los nervios más duros y resistentes de la penca de la palmera confeccionan las flechas que utilizan en la cacería de pájaros y pequeños cuadrúpedos.

Y las boyas para pescar, e incluso las pequeñas velas triangulares que llevan en sus curiaras –trabajadas a fuego y hachuela- las confeccionan del vástago de la penca.

Aquí podemos agregar todavía que con la hoja de la palma techan sus casas, y que usan el largo peciolo de la hoja del moriche también como bastón.

Los Waraos habitan casas palafíticas construidas a la orilla de los ríos, y poseen un rancho adicional de palma, que es la casa del Jebu o “Ser Supremo”, que es también casa de retiro de las mujeres y sirve para guardar los instrumentos musicales relacionados con sus ritos.




Los Warao son pescadores, cazadores y saben cultivar el arroz, pero sobre todo han tenido siempre el morichal como principio, centro y fin de su existencia.

Elaboran cestas de diferentes tipos y también sebucanes y cedazos. Con la madera del tronco del cachicamo hacen sus canoas, con las que transitan continuamente por el rio.

 

Para cerrar podemos señalar que

En lo que a la Música concierne es indudable que los Warao poseen un gran oído musical y un verdadero don para la variación.

En todo caso, la enorme cantidad de melodías que saben estos indígenas, como pudimos comprobar gracias al Padre Basilio Barral (el Padre Basilio Ma. De Barral publicó 468 cantos y toques diferentes, anotados en un lapso de 28 años), así como la existencia de maestros de música, hace pensar que en otros tiempos practicaron la enseñanza musical.

Podría pensarse en escuelas de música en las misiones, pero la música de los Warao no es europea.

Después de consultar el libro del Padre Barral: Los Indios Guaraúnos y su Cancionero (1964) y La Música Teúrgico-Mágica de los Indios Guaraos (1981), así como a los diferentes estudios realizados por antropólogos viajeros e historiadores, en donde destaca el maravilloso libro de Isabel Aretz: Música de los Aborígenes de Venezuela (1991), podemos señalar que estamos ante una gran cultura que nuestra civilización se ha empeñado en deshacer.   

 

Para oír la canción “Un Warao” de Alí Primera, pinche aquí:

https://www.youtube.com/watch?v=PmgM3c614ps

 


Autor: Alexander Lugo Rodríguez


                                                      


viernes, 9 de agosto de 2024

No somos Héroes de Comiquitas. Por Alexander Lugo

 



Los primeros antropólogos juzgaban las culturas de los otros pueblos con los patrones de la suya propia, para ellos los pueblos exóticos eran salvajes, estúpidos e inmorales. Esta visión etnocéntrica deformaba gravemente la imagen de las otras culturas. "Una cultura sólo puede ser entendida desde dentro, de acuerdo con sus propios principios, patrones y valores".

En las primeras líneas de Las Meditaciones del Quijote, Ortega y Gasset propone una filosofía de la cultura cuyo alcance nos llega hasta hoy, y define el tipo de nueva filosofía como una filosofía del amor, que se sitúa en el centro de las cosas para llevarlas a su plenitud, trata con esto de sacar la totalidad de sentido de cada situación.

Ortega maneja dos conceptos de héroe; héroe es el creador de cultura. Pero el verdadero heroísmo es el que es capaz de extraer sentido en lo más inmediato, la heroicidad es la creación de cultura en lo inmediato. Así lo expresa en sus 'Meditaciones':

Todos, en varia medida, somos héroes y todos suscitamos en torno humildes amores. Nada impide el heroísmo —que es la actividad del espíritu—, tanto como considerarlo adscrito a ciertos contenidos específicos de la vida. Es menester que donde quiera subsista subterránea la posibilidad del heroísmo, y que todo hombre, si golpea con vigor la tierra donde pisan sus plantas, espere que salte una fuente.

Efraín Subero en Idea de la Hispanidad (1997), nos aclara que “la diferenciación entre España y América empezó desde los primeros contactos, registrada en el primer documento de la literatura hispanoamericana”, se refiere al Diario y la Carta de Cristóbal Colón a Carlos V. En sus escritos, el Almirante promulga para la posteridad el arquetipo de los nacidos en estas tierras:

Son gente de amor y sin codicia y convenibles para toda cosa, que certifico a Vuestra Altezas que en el mundo creo que no hay mejor gente ni mejor tierra. Ellos aman a su prójimo como a sí mismos, y tienen un habla la más dulce del mudo, y mansa, y siempre con risa. Ellos andan desnudos, hombres y mujeres, como su madre los parieron: más crean Vuestras Altezas que entre sí tienen costumbres muy buenas, de una cierta manera tan continente que es placer de verlo todo.

Sin embargo esta forma “dulce y mansa” de nuestros pueblos originarios no significó nunca sometimiento o servilismo con el invasor. En una conversa sobre nuestro instrumento nacional El Cuatro, Alberto Arvelo Ramos (hijo del poeta A. Arvelo Torrealba) le expresa a otro poeta amigo suyo (y mío) Ángel Eduardo Acevedo:

Cuando llegaron los españoles acá, Ángel Eduardo, a diferencia de lo que encontraron en otras partes de América Latina, aquí no había gente de mando, gentes superiores y gentes inferiores. Porque aquí no había Estado. Los Caribes que poblaban casi toda Venezuela, y que poblaban la totalidad del llano no tenían estado. Eran unas sociedades muy directamente relacionadas las unas con las otras. Estas gentes que llegaron trajeron la imposición del señor sobre el señoreado. He leído que no había en nuestras sociedades, como si había en México y en Perú, unas estructuras de clases y sometimientos. Aquí no había nada de eso, hubo de aprender la relación, eso de ser ‘acogotado’. Nuestros indios no sabían cómo se ‘Jala Bola’, cómo decir ‘si mi Señor’. Por eso es que fueron tan terriblemente difíciles de dominar y la conquista duró más de 100 años.

A finales del siglo XVII la mayoría de quienes pueblan el territorio venezolano es ya mestiza. Lo español de la península se asume recreado con conciencia localista. Comienza la existencia de una nueva forma de vida colectiva, los perfiles de una sociedad diferente, con acento propio, ecos peculiares y sensibilidades distintas. Se trata de un tipo que desafía toda clasificación. No es indio ni negro, pero tampoco español. Es en este momento histórico donde cuajan hondas pulsaciones del que emerge resonando en colectivo, donde todo grito encuentra eco, donde cada canto es coreado "a voces". Así lo expresa Carmelo Vilda:

La cultura popular mestiza, nace al calor del alcohol con que muchos de sus creadores aliviaron su alienación laboral, o como inspiración durante las fiestas y celebraciones religiosas, Es anónima y colectiva. Surge al compás de la música con explosiones repentistas. Las canciones transforman la métrica, los aires musicales tuercen el compás, las danzas candencian los pasos cortesanos.

El Cuatro como instrumento de música y también de resistencia, de luchas y sobre todo de identidad, nos define en cada vibración de sus cuerdas. En su eco empieza a resonar una patria nueva. Aquella antigua “guitarrita” que notaban los españoles como algo exótico y estentóreo, fue perseguida y condenada porque ya anunciaba lo que venía de nacionalidad y de rebelión. Ángel Eduardo Acevedo lo ve clarito:

Las autoridades, así como habían hecho en la propia España, hicieron aquí pero con más decisión, porque aquí eran más dominante. Somos europeos de orilla, de esta otra orilla, entonces estaban ejerciendo la autoridad como colonizadores. Y dijeron que no, que esa ‘guitarrita’ incitaba a cosas malas y malucas… (es decir sabrosas), que se escondían, se atrincheraban. Es como si hubieran presentido la guerra. Porque hay que entenderlo así: ladinismo, sinvergüenzura, y rocheleo, y parranda, y bochinche y esas cosas. Y la fiestecita y la echadera de broma, y la ‘mamadera de gallo’, que todavía no se llamaba así. Prefigurada por la forma sensual de la guitarrita y eso provocó un decreto, que en las noches esa guitarrita estaba echando mucha lavativa, que estaba pervirtiendo, que estaba fomentando, estimulando malas mañas, malas costumbres, que era que los hombres quieran a las mujeres, y las mujeres a los hombres.

Motivado por la crónica de El Almirante Colón al Rey de España, Efraín Subero nos deja, a su vez, una descripción de lo que somos, que recuerda a Ortega en Sus Meditaciones:

También somos nosotros espontáneos y pintorescos, populares y realistas. También nuestras obras geniales se resienten de atropellamiento porque amamos la improvisación. En lo más profundo del alma hispanoamericana palpita un quijotismo sin fronteras que pretende porfiar con el porfiao de aquí y de más allá. Un quijotismo -hermosa forma de idealismo- que no teme enfrentar los molinos de bronce que con frecuencia entraban la felicidad de nuestros pueblos.

Es el momento en que por primera vez, una cultura se mira al espejo, se atiende a los detalles de la conversa, del chisme, de las peculiaridades, en fin, "de las manifestaciones menudas donde se revela la intimidad de una raza", (la frase es de Ortega). O como lo diría Arnaldo Esté:

Nuestra inmediatez es esta, somos los hombres del Caribe y de los Andes, de la Amazonia y de estos Llanos. Somos hombres del Trópico, de este sol y de esta historia. También es inmediatez la calle, la plaza y el camino al río. La conseja familiar y el chisme. El toque del tambor y el chimbánguele. Aquella infinitud de cosas que nos constituye y que sólo son notorias cuando se ausentan.

Otra vez Ángel Eduardo Acevedo sabe mirar lejos:

Nosotros nos averiguamos en las tripas animales de nosotros, en las tripas afectivas, sentimentales, sensibles gustativas estéticamente, de las tripas profundas de nosotros. Con ese Cuatro se honra el animal que hay en nosotros, al animal que me honra, para que, al honrarse ese animal, vayamos de más en más, de bicho a gente.

 

Somos gente enaltecida por el sentimiento.

Ni Súper Héroe ni Mujer Maravilla…

¡Somos agua, somos mata, y tierra

Somos cielo en El Caribe

Nube y pico en Los Andes

Somos mar y brisa en Oriente

Y mineral y Sol de mediodía en el Llano

Sabana, Selva y Tepuy

Y somos Universo!

 

Alexander Lugo Rodríguez

09 de agosto de 2024





sábado, 3 de agosto de 2024

Lauro un Nombre que Vibra Dentro de una Guitarra. Por Alexander Lugo

 


La semilla musical nace allí precisamente (Ciudad Bolívar),

porque allí escuché a mi padre tocar guitarra,

cantar, además, de otras manifestaciones musicales

que se me quedaron grabadas.

(Antonio Lauro)




Por Paisajes de Guayana

Hablemos de un hombre humilde que se convirtió en un caso de extraordinaria significación en el mundo musical venezolano, Antonio Lauro, primero músico popular, luego académico y por último, creador de lo nacional, de lo venezolano. Nació en Ciudad Bolívar a las diez de la mañana del 3 de agosto de 1917, en una casa que aún existe y hace esquina con la Plaza Bolívar, entre las calles “Amor Patrio” y “Constitución”, opuesta a la catedral y frente al Palacio de la Gobernación del Estado. Simbólicamente para los guayaneses, agosto es un mes optimista y de abundancia, pues el Orinoco alcanza el más alto nivel de sus aguas, y trae consigo la fiesta de la pesca, la feria del pueblo y la celebración de sus tradiciones.

 

Cómo era ese entorno que condicionó su vida y su obra, cómo se ha ido modificando con el pasar de los años, cómo el hombre-creador va a su vez perfilándose, mimetizándose siguiendo el curso de sus pulsaciones, de su devenir, como quien busca un destino en el largo camino de fuga de un río que ya pasó:

Ese gran entorno es una ciudad histórica, espesa en paisajes y acontecimientos, Ciudad Bolívar, la eterna capital de la provincia de Guayana. Antonio Lauro Cutroneo, se convertiría en el primer compositor venezolano cuyo repertorio de composiciones para la guitarra, se estudian y se exigen como requisito académico en los más importantes Conservatorios del mundo.

 


Quedará huérfano con apenas cuatro años. No podrá recordar con precisión a su padre, pero lo evocaba en difusas imágenes:

“Ello fue, quizás, un motivo que influyó muchísimo en mi decisión de ser músico. Esa actividad (musical) de mi padre era comentada con gran admiración por mi madre. Así es una especie de homenaje a la memoria de esta persona, estar dentro de esa misma carrera”.

 

El Encuentro con Sojo

Una vez mudada la familia a Caracas estudia en la Escuela Superior de Música José Ángel Lamas, allí se encontrará a quien se constituiría en su gran maestro. Veámoslo en palabras de Alejandro Bruzual:

“Lauro reconoció siempre al maestro Vicente Emilio Sojo como la influencia más importante de su vida, y mucho de la personalidad estética del maestro guatireño está presente en la de su discípulo”: “Los estudios con Vicente Emilio Sojo fueron para mí una experiencia inolvidable. Él se convirtió prácticamente en mi padre”.

 

Será más que un maestro un Padre y un guía: “Las resoluciones que yo tomaba siempre eran de acuerdo con él, no sólo musicales, sino humanas, personales”.

La formación integral del joven guayanés se nutre de la fuerte personalidad del maestro guatireño:

“Las conversaciones con él, respecto al análisis de la obra musical, los puntos de vista que tenía sobre la música venezolana, las transcripciones y armonizaciones que hacía, influyeron notablemente en el gusto por lo venezolano, especialmente, el amor hacia lo venezolano. De manera que con él aprendí no solamente composición, sino una formación integral de amor hacia lo nuestro, de amor hacia la patria, hacia todo lo venezolano, que ha tenido como resultado el estilo y el haber hecho la cantidad de obras de sabor puramente venezolano, que están vertidas en el repertorio de la guitarra”.

 


Lauro en el Pedagógico

En la segunda quincena de noviembre 1943 se fundó el primer Orfeón del Instituto Pedagógico Nacional. El honor de haber fundado este Orfeón correspondió al Maestro Antonio Lauro. El Orfeón hizo su primera presentación pública el día 22 de diciembre de 1943, con motivo de realizarse un festival musical con el fin de recolectar dinero a favor de los niños pobres. La actuación de este Orfeón se prolongó hasta diciembre de 1945. Antes, ya había existido una agrupación coral en el Pedagógico, y esta fue conducida por el Profesor Sergio Moreira, con motivo del acto de la primera graduación de Profesores del Instituto Pedagógico. 

Revisando las reseñas de las actividades culturales dentro del Pedagógico, para los primeros años de la década del 40, encontramos una presencia activa de Antonio Lauro, en calidad de profesor de música, conferencista, director-del Orfeón, y concertista de guitarra.

 


Laureando un Valse para el Mundo

El investigador Alejandro Bruzual señala que fue a través del valse venezolano como Antonio Lauro “vislumbró esa sencillez que caracterizó todas sus obras de estilo tradicional”. Veamos las propias palabras de Lauro a este respecto:

“Yo quise hacer lo que nuestros valseros  llamaban "calle real". El valse "calle real" era aquel que tenía un sentido tonal muy claro muy diáfano, sin grandes modulaciones, pero con una distribución rítmica admirable. Me propuse hacer un repertorio de valses para la guitarra, basado en ese mismo valse típico venezolano. O sea, no quise imponer mi personalidad en ellos, sino hacer que fueran venezolanos auténticamente”.

 

Su carácter firme y su férrea voluntad siempre los demostró a lo largo de su vida. Con persistencia buscó dignificar el trabajo artístico del músico, y demostrar su valía e importancia en la sociedad. En 1985 (un año antes de su partida a los 68 años) recibió el Premio Nacional de Música. Siempre será su nombre motivo de admiración y orgullo venezolano. La guitarra en el mundo está tocada por las sensibles manos de aquel niño guayanés que dignificó la palabra músico y engrandeció la profesión y la nobleza del Arte de los sonidos. Sus palabras al recibir este reconocimiento aun nos emociona:

“No voy a decir con falsa modestia que no merezco este reconocimiento. He trabajado a través de toda mi vida. He dedicado toda mi existencia a la música, con la mayor honradez, con la mejor dedicación y buscando siempre que el nombre de Venezuela esté bien representado…!

 


Autor: Alexander Lugo Rodríguez

3 de agosto de 2024


viernes, 26 de julio de 2024

María Rodríguez a Cuatro Voces. Por Alexander Lugo

 



Simplemente María

 Mar vibrante es tu voz, centella en el horizonte azul y titánica presencia de un sol que madruga con el universo. Pasados ya tus primeros cien años comenzamos un nuevo siglo de la égida de tu canturía, volcánica presencia que retumba con cada temblor de tierra de tu Cumaná, de la “Nueva Andalucía” y de todo el Oriente que cabe en uno solo de tus cantos. Grande entre las grandes, te comparas en esta hora luminosa de tu centenario con una Concepción y dos Teresas, que le dan a esta tierra la verdadera connotación de hija, de madre y de patria. Las tres Marías de nuestra música: María Teresa, Juana María de la Concepción y María Magdalena, pero como “Cuatro son las tres Marías”, unamos en amorosa comunión la cuadratura del círculo con Ana Teresa, en la geometría de nuestras inmensas artistas: “la Carreño”, “la Conny”, “la De la Parra” y “La Sirena”, o simplemente María.

 

Amor a primera escucha

 En cuatro voces de nuestra canta te festejamos en este texto que me dicta aquel niño que te escuchó por primera vez en las ondas de “La Voz de El Tigre”, y que te siguió hasta tu histórica Cumaná, a verte para creer lo que aquella voz cantaba. Y verte y reverte cantar a ti y sentir un terremoto que te sacude de punta a punta viene siendo lo mismo, y nada puede volver a ser y a estar igual, porque nada queda en su sitio. Tu cambias la historia, tu estremeces y tu encantas, o más bien para decirlo con tu fabla, tu embrujas y ensalmas y así nos tienes a todos los que nos asomamos a tu volcán de vida ¡adorada Sirena! embelesados aun como el primer beso, como el primer sueño, como el primer amor.

 

Polifonía Mariana

 Las cuatro voces que te rememoran y te reverencian en su diario hacer y decir son connotadas cantoras y poetas, que estuvieron cerca, que bebieron directamente de tu fuente cantora, que se nutrieron de tu mágica presencia, que se prendieron de tu Ser incandescente, y que han dejado testimonios sonoros de tu música y tu legado. Ellas son: Milagros Figuera, Daisy Gutiérrez, Gerónima Muñoz, y Marisela Querales.

 Milagros Figuera Tovar, ejecutante fina de la música oriental, maestra y referente cultural de Venezuela, nos deja sus “Doceavas” que dedica en el cumpleaños de nuestra María junto con estas palabras: “Para una héroe de nuestro gentilicio cultural. Gracias, Amor y Luz para María Rodríguez  "La Sirena de Cumaná" quien es infinita e inolvidable para nuestra patria”:


Milagros Figuera (MF)

I

Y "La Oración del Tabaco"

se enrolla con "La Culebra"

"El Negro Catanga" enhebra

"Los Dos Titanes" mayores

gracias al "Río Manzanares"

por regar a Cumaná

María Rodríguez,  mamá

de la canta cumanesa

en sus géneros expresa

con gran generosidad

la venezolanidad

del Oriente es la princesa.

 

La cantora cumanesa Daisy Gutiérrez (DG)

Para mi María Rodríguez ha sido y seguirá siendo referencial vital de mi andar musical. Desde pequeña allá en mi Cumaná querida escuchaba a María con sus cantos de Aguinaldos, sus Diversiones, las Fulías, que es un canto devocional a nuestra Cruz de mayo, como expresión de tradición popular sucrense. Luego más adelante siendo ya estudiante de la Universidad de Oriente, tuve la oportunidad de entrar en contacto con ella, intercambio de información en distintas actividades musicales, así como también pude hacerle varias entrevistas, para ese tiempo estábamos a cargo de una organización que se llamaba Asociación Musical “Atanasio Rodríguez”, que por cierto era el nombre del primer mandolinista de María. También conversamos en varias ocasiones porque, para mi tesis de grado como socióloga, la tuve allí como parte de ese conjunto de cultores de la tradición popular sucrense, a los que hice especial referencia en dicha tesis.

 

(MF)

II

Excelsa compositora

cualquier género oriental

con su musa magistral

de muchos ella es autora

curiosa investigadora

busca, encuentra, recopila

nos ha dejado una "pila"

de material importante

repertorio interesante

con sus interpretaciones

un legado de canciones

para quien es cantante.

 

Gerónima Muñoz (GM):

María Rodríguez, La Sirena de Cumaná, Patrimonio Cultural del Estado Sucre, nos representó durante casi 80 décadas a través de sus Cantos de Fulía, Joropo, Gaita oriental, Malagueña, Polos, Diversiones orientales, Aguinaldos, entre otros. Nuestra amada María Rodríguez, como Mujer, Madre, Cultora, Bailadora, se dedicó a enseñar, cultivar, preservar y proyectar el Patrimonio Cultural Intangible de nuestro país. A través de la danza, el canto, sus saberes ancestrales y amplia trayectoria, hoy por hoy sigue presente. Así mismo, nos deja su gran legado para continuar construyendo, edificando y valorando nuestra Música Tradicional de Venezuela.

 

Marisela Querales (MQ)

Yo pudiera comenzar contándote desde cuando la vi por primera vez, yo era muy pequeña, iba con mi papá y mi mamá, Ismael Querales y Zorena Valdivieso, fundadores de “Un Solo Pueblo”, fuimos a Lecherías a una fiesta de la Cruz de Mayo, recuerdo que era en casa de Gladys Meneses, y allí  estaba María, fue invitada a cantar, junto a mi mamá Zorena Valdivieso, una Fulía a la Cruz. Recuerdo ese momento como si fuera ayer, y solo puedo decirte que María entregó su vida, y entregó su talento a la música de Oriente.

Yo considero y le tengo especial admiración a María porque ella cantaba y actuaba, o sea ella cantaba con mucha pasión, con mucha convicción, además con un fuerza increíble y su personalidad era así también, porque después, muchos años después fuimos para Cuba a un Festival de música latinoamericana y la conocí ya de grande y pude hablar con ella, era una mujer con una personalidad muy fuerte, muy cómica y además muy entregada a su música, a su Oriente, a su mar, a su sol, a sus amaneceres, a esa manera de hablar tan particular de ellos, y así lo plasmaba ella en cada canción. Cada canción de ella, una es mejor que la otra, y si podemos escuchar un Joropo con Estribillo, sabemos que María era la diosa en eso.

 

(MF)

III

Extraordinarios sus cantos

en el pecho arrebolados

nada es exagerado

para alabar tus encantos

y es que María nos dió tanto

en su voz, en su danzar

la Diversión a impulsar

es una deuda un deber

para darle merecer

al trabajo extraordinario

que regaló casi a diario

maravillosa mujer.

 

(DG)

María fue mi gran maestra musical, lo digo yo desde todo punto de vista, porque María como artista fue una gran maestra, y siempre la tuve en la vista en cuanto a su carácter, su forma de hacer las cosas, la forma como ella asumía su canto y su tradición.

Fue así como María, junto a Rafael Salazar, Henry Martínez y Hernán Marín fue madrina de mi primera producción discográfica, un LP en el que grabé de su repertorio musical la Diversión “La Mensajera”. Luego también me bautizó mi tercera producción discográfica en el Teatro que lleva su nombre en Cumaná. En ese disco grabé, de sus temas musicales, el tema “Los Dos Titanes” al que la misma María otorgó su visto bueno cuando lo estaba grabando, eso para mí fue un gran aporte y un gran orgullo y un gran honor, que ese tema y ese disco contara con la aprobación de mi querida María.

(enlace para oír "Los Dos Titanes" por Daisy Gutiérrez)

https://www.youtube.com/watch?v=umpBXmkFxU8


(MQ)

Yo me incliné en su género musical, la música oriental, porque me parece que es una música muy alegre y además me llama a recordar a mi madre que también cantó con ella y tenía mucha influencia de María Rodríguez. De hecho en el repertorio de “Un Solo Pueblo”, en algunos discos LP, mi mamá grabó temas de María Rodríguez, obviamente los aprendo de mi mamá y los aprendo de María. Y estando ya de adulta, Javier Marín me dice: ¿Por qué no hacemos un homenaje a María Rodríguez y plasmamos unos temas en un disco, e invitamos a algunas personas? Y bueno así fue, grabamos el disco “Entre Diversiones, Homenaje a María Rodríguez”, donde hay “Diversiones” como “La Mensajera”, “La Mariposa”, “La Iguana”, pero también está un merengue guapachoso que es el famoso “Pancho Batata”, está “La Fiesta de los Santos”, “Pelea de Gallos”, “Aguinaldo de mi Tierra”, “Navidad Negra”.

En esa producción participó –que ya no está con nosotros tampoco- “Morochito” Fuentes, y también participaron mis hermanas, Amanda, Isabella y Ligia Elena Querales, que bueno las tres son espectaculares cantando también estos géneros orientales y en general géneros venezolanos.

 

(MF)

IV

Una Sirena que vuela

ligera cual Mariposa

en el corazón se posa

de un país y de su gente

buena, alegre, inteligente,

bandera del gentilicio

ser Oriental fue su oficio

su razón, su pundonor

con orgullo y gran honor

construyó una gran escuela

para toda Venezuela

María cien años de AMOR.

 

(DG)

María, para mí como cantora de la tradición popular, dejó una huella muy especial, también un gran ejemplo de compromiso patrio, por su defensa fervorosa de nuestra esencia e identidad histórica y cultural. Por eso creo que en este centenario de su nacimiento, creo que el mejor homenaje que podemos regalarle a nuestra amada “Sirena” y “Mariposa” cumanesa, es colocar nuestros mayores y más grandes esfuerzos y aportes a la creación, formación, difusión y preservación, así como también a la defensa de nuestra rica e inmensa diversidad musical, popular tradicional de nuestro país. Y colocarla siempre, por supuesto, en alto, como bastión fundamental de nuestra soberanía como pueblo y como nación.

Yo creo que ese sería pues el más grande homenaje que desde las instituciones del estado, desde los corazones de nosotros los cantores, los cultores de la tradición popular venezolana, podemos darle a nuestra queridísima y siempre bien recordada María Rodríguez. ¡Que viva María por siempre!

 

(GM)

María Rodríguez, siempre estará en nuestra memoria como una Mujer empoderada, también llamada "La Voz de Cumaná". Considero, es un ejemplo a seguir de manera obligatoria en el estudio e investigación de la Música Sucrense. ¡Viva por siempre nuestra Maestra María Rodríguez!

 

(MQ)

¿Qué te puedo decir del legado de María? el legado de María es impresionante la influencia que ha tenido en todos los músicos de Oriente, ella era como la matriarca de la música oriental, obviamente junto con Hernán Marín, Cruz Quinal, Luis Mariano… Cuántos más… han sido figuras importantísimas de nuestra música del oriente, y yo creo que es importante destacar que nuestra música sigue adelante y no se está perdiendo, o sea eso que dicen por ahí que “vamos a defender la música venezolana”, yo creo que eso ya está pasado de moda, creo que cada vez hay más gente joven haciendo su música venezolana, que es la música que los identifica, que nos hace sentir que realmente tenemos una identidad y que nos podemos destacar ante el mundo entero con lo nuestro, con nuestra música, con nuestros géneros que son muchísimos.

Seguiré cantando música de María, esté donde esté, estoy aquí en Estados Unidos, viviendo desde hace ocho años y en las presentaciones que he tenido he cantado el repertorio de María, menos que antes, pero bueno casualmente ahorita voy a subir a las plataformas de música ese CD, ese disco hermoso que grabamos entre Javier Marín y yo, otros músicos también como mi papá Ismael Querales, “Morochito”, Pedro Marín, Daniel Gil que hizo unos arreglos maravillosos, Lilia Vera que me acompañó cantando en “La Mariposa”, y bueno creo que es un disco que es un tesoro que le pertenece a Venezuela, no nada más a mí, porque ese es el legado que debemos transmitir, darle continuidad a la música de María.

María, “La Voz de Cumaná”, hermosa María, en ese disco hay una “Gaita cumanesa” que se llama “La Voz de Cumaná”, escrita por Rafael Salazar, donde hay una parte que dice (Y Marisela canta):

 

Quien inventó la cantiga

Que se engalana en oriente

Sembradío de la gente

Del amor que se prodiga

De los campos fue la espiga

Mujer de playa y faena

Con las olas de sus penas

Pudo enrumbar su destino

Para formar un camino

Entre cantos de sirena

Para formar un camino

Entre cantos de sirena.

                        

Siendo niña fue ilusión

De su abuela en compañía

Creando mil fantasía

Con muñecas de cartón

Y en cantares de pilón

De joropo y Diversiones

Supo descifrar los sones

De la comparsa y su aire

Para sembrar su donaire

En todos los corazones

Para sembrar su donaire

En todos los corazones.


(enlace para oír "La Voz de Cumaná" por Marisela Querales)

https://www.youtube.com/watch?v=7Aqyaap1y84


Y eso fue lo que hizo María: ¡Sembrar! ella sembró su legado. Y lo tenemos todos.

Gracias por la entrevista Alexander.

 

 


Alexander Lugo Rodríguez

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