sábado, 25 de septiembre de 2021

La Práctica Colectiva de la Música y el Modelo Pedagógico de “El Sistema”. Por Alexander Lugo

 




La música me acompaña en todos los momentos de la vida, en el pensamiento y en el quehacer diario. Más que una expresión artística de estudio, que lo es, más que una técnica de perfeccionamiento continuo –que exige una profunda dedicación y disciplina-, más allá de ser un arte de dimensiones filosóficas, la Música es una forma de vida, de ver la vida, una manera de ser y estar en el mundo de la vida.

Es una magia que te envuelve como una revelación espiritual que te guía y acompaña en la reflexión y en el pensamiento profundo. Para el maestro Vicente Emilio Sojo, el pueblo venezolano ha sabido “plasmar en la copla y en la melodía, las intuiciones que en él va despertando el tiempo en su marcha sin descanso”, asimismo enfatiza que al juntarse la música con la poesía destaca más sus posibilidades como creación, llegando directamente al alma.

Así como para Beethoven “La música es una revelación mayor que toda la sabiduría y la filosofía”, es la música para mí, un impulso de múltiples sensaciones que bien puede expresarse en la majestuosidad de una sinfonía coral como la Oda a la Alegría, en una representación dancística y canto tradicional de los pueblos como puede ser El Tamunangue, o en el arrullo íntimo y tierno de una madre susurrando la Canción de Cuna que duerme al hijo.

Como en el arte popular todo, en la música puede apreciarse el espíritu de un pueblo; siendo ella la revelación más genuina de su carácter, el hombre y la mujer de pueblo quedan ahí manifiestos, en su música, en sus cantos, en sus tradiciones. 




En la Metodología Pedagógica de El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles de Venezuela la “Práctica Colectiva de la Música” constituye su columna vertebral y a la vez un Eje Transversal que impacta toda la dinámica formativa del estudiante, esta práctica se sustenta en el proceso de Enseñanza-Aprendizaje, que se da en una primera etapa, en la práctica individual del estudiante. Es el Modelo Pedagógico por excelencia que se desarrolla en los Centros Académicos y Núcleos de El Sistema.

Veamos esto por partes:

1.      El estudiante desde su inicio en un Núcleo –que son los Centros principales de Formación de El Sistema- recibe las herramientas pedagógicas para abordar el estudio de su instrumento musical y el abordaje de la música en general: El manejo básico de la técnica, los métodos de estudio, ejercicios de escalas y arpegios, repertorio secuencial y otros recursos que se consideren y surjan de la interacción del estudiante con sus docentes –Formadores académicos- y con él mismo (proceso de autoevaluación y co-evaluación). A esto es lo que llamamos su Práctica Individual.

 

2.      A la par del apresto en el desarrollo de estas herramientas básicas –y sin dejarlas de lado- el estudiante se ve inmerso en un complejo proceso de auto y coevaluación, al poner en práctica todas las nociones que va adquiriendo en un aprendizaje colectivo constante e intenso. Es un verdadero proceso de “Aprender Haciendo”: Se reúnen en Talleres, Ensayos Seccionales y Ensayos Generales. Esta práctica colectiva se especifica del siguiente modo:

 

a)      Por grupos del mismo tipo de instrumentos -por separado-: Violines, Flautas, Trompetas, Mandolinas, Cuatros, Guitarras, Arpas, Tambores de Fulías, etc. (El Taller).

b)      Por “Familias de Instrumentos”: Cuerdas frotadas, Vientos maderas, Vientos metales, Cuerdas pulsadas, Percusión… (El Ensayo Seccional) y por último,

c)       Con toda la Orquesta, (El Ensayo General)



Cada uno de estos momentos pueden intercalarse sin un orden de prioridades, según la propia dinámica del proceso.

Es muy importante la selección del Repertorio (adaptado al nivel de desarrollo cognitivo del estudiante y en consonancia con la “Práctica individual”).

El estudiante no necesita esperar el final de un “lapso escolar” o los momentos previstos de una “evaluación” para ir mostrando sus avances en el proceso de aprendizaje de la música, sino que esto se materializa constantemente en una amplia dinámica de abordaje musical vigoroso, haciendo, recreando y viviendo la música intensamente, esto es lo que llamamos “Práctica Colectiva de la Música”.

El novedoso modelo de educación musical de El Sistema, ideado por el Maestro José Antonio Abreu hace 46 años, tiene su fundamento en una innovadora metodología pedagógica denominada como la práctica individual y colectiva de la música, que no solo ha impactado a más de un millón de niños, niñas y jóvenes venezolanos, sino que también ha sido replicado en más de 70 países de cinco continentes: Europa, América, Asia, África y Oceanía.


El Maestro Abreu nos expresaba apasionadamente: 

“Hacer música juntos entraña convivir creativamente en el camino de la excelencia; en concertación y sincronía…; en armónica interdependencia, con ardorosa entrega al descubrimiento y la comprensión; un laborar con amor y con espíritu, pero también, con mesura y severo control intelectual al compás, al curso y ritmo del sonido en el tiempo”.

Las disonancias son un conjunto de notas que entre si producen sensación de inestabilidad y “choque armónico”, vienen siendo lo contrario a las consonancias. Mas, aun en esta diversidad de texturas, se produce música y por tanto se transmiten agradables sensaciones sonoras que desembocan en episodios armónicos, por ello la música dentro de su “naturaleza” contiene la aceptación de lo diverso y la transformación de las tensiones en relajadas y encantadoras  armonías. Del mismo modo en la vida cotidiana deben confluir los diversos pensamientos y modos de ser, para vibrar con un mismo sentimiento y amor por lo diverso, con lo cual se complementa el ser humano.  

La Música es un modo de vivir la vida en armonía.

 

Alexander Lugo Rodríguez

25 de septiembre de 2021







domingo, 19 de septiembre de 2021

HOY TE DEDICO MIS MEJORES PREGONES: MÚSICA Y CANTOS DE TRABAJO. POR ALEXANDER LUGO

 



Es cosa sabida que en nuestros cantos de faenas se alaba la naturaleza, la cosecha que se nos brinda y la peculiaridad de la vida del campo, se enmaraña el misticismo de estos cantos con la magia y la religión. La gente más humilde del pueblo, en sus faenas de trabajo involucra constantemente el canto como aliviador espiritual de los estragos de la rudeza del trabajo, esto tiene mucho de la identidad, sobre todo la identidad sonora, haciendo parte de la historia social y cultural de los pueblos latinoamericanos.

En su libro Cantos de Trabajo del Pueblo Venezolano, de 1955, el maestro Luis Felipe Ramón y Rivera (1913–1993), fue de los pioneros en estudiar estas manifestaciones de carácter estético-utilitario. El autor asume que el canto de trabajo es universal: 

El hombre canta mientras trabaja, muchas veces con el deseo de acompañarse, de no estar completamente solo. Cualquier canto aprendido quién sabe dónde puede acompañar al hombre en su trabajo”.

Los Cantos de Trabajo, - denominados “Tonadas” en la región del Llano- poseen un carácter funcional y están al servicio de las faenas, su valor espiritual consiste en distraer, y aliviar del esfuerzo por las mismas. Estos cantos son tan numerosos como plurales en nuestra geografía, y en todos los momentos que implique las labores humanas. Así, los hay agrícolas y de pastoreo, de colecta de la cosecha, del oficio de pilar o del mero acto del lavado de ropa a orillas de un rio, referidos a las labores manuales más diversas. Por lo general son cantos individuales, con sus notables excepciones.

 “La manera como nuestro pueblo ha mezclado diferentes ritmos, escalas giros melódicos, es tan original, que no tenemos reparo en proclamar como algo puramente nacional esta música”, nos revela Ramón y Rivera. Esto hace desde luego, que sea un canto en conexión con el trabajo, el fruto y el ente espiritual protector.

Aquella condición de individualidad se cumple a veces entre dos personas que trabajan, y así surge un diálogo; por ejemplo en los cantos de arreo de ganado, los de coger café y los de pilar maíz. En cuanto a los “cantos colectivos”, no hay mejor ejemplo que el de lavanderas, registrado por Francisco Carreño y otros en el estado Yaracuy.

Las diversas faenas relacionadas con la cría de ganado vacuno, han sido descritas por nuestros mejores escritores.  Los cantos apaciguan el ganado, como el amor al llanero. De modo directo, en la novela Doña Bárbara de Rómulo Gallegos es el personaje “Antonio Sandoval” quien lo define semiológicamente, cuando echa en cara a “Marisela” su amor por “Santos Luzardo”: —“Usted es para el doctor, mejorando lo presente, como la tonada para el ganado, que si no la escucha cantar, a cada rato está queriendo barajustarse”.

En la misma obra, Gallegos evoca: “bajo un cielo de pizarra, se eleva el cabildeo plañidero de centenares de reses que serán conducidas camino de Caracas, a través de leguas y leguas de sabanas anegadas, paso a paso, al son de las tonadas de los encaminadores: Ajilá, ajilá, novillo/ por la huella el cabestrero/ para contarte los pasos/ del corral al matadero”.



Veamos algunos de los Cantos y Pregones de Trabajo más representativos:

Los Cantos de Ordeño

Contribuyen notablemente a apaciguar los animales. En la copla que se canta va siempre el nombre de la vaca, ya expresamente como parte del sentido de la copla, o bien como aditamento final, que el hombre repite dos o tres veces para que la vaca lo oiga bien. Llámese cantos ‘de ordeño’ las vocalizaciones improvisadas por los llaneros al pie de las reses, mientras extraen la leche de las vacas que han tenido cría.

En “Doña Bárbara”, se describe una escena tomada de los llanos apureños:

 “Con el primer menudeo de los gallos comenzaba el ordeño. ‘Jesusito’ se apostaba friolento en la puerta del corral de los becerros, y los ordeñadores entraban en el de las vacas, rejo y camaza en mano y con la copla ya pronta en los labios: Lucerito e la mañana/ préstame tu claridad / para alumbrarle los pasos/ a mi amante que se va.

La literatura venezolana es pródiga en testimonios sobre los cantos de ordeño. En la novela Memorias de Mamá Blanca (1929), Teresa La Parra trae un bello pasaje que hace alusión al oficio:

“Daniel trataba de que las vacas estuviesen bien atendidas para que diesen mucha leche en primer lugar, y para que al sentirse felices y satisfechas no pudiendo ellas prescindir de él. El procedimiento del ordeño era el siguiente: después de haber lanzado sus tres llamados o gritos musicales, entonada mezcla de asonancias con disonancias, cosa imposible de imitar: ¡Nooooche Buena, Noche Bueeeena, Noche Buena!

Los cantos de ordeño establecen una atadura espiritual entre el llanero y el ganado. Es una suerte de amor entre hombre y animal, expresado en melodías.

Los Cantos de Arreo

El Llano es el escenario de uno de los cantos de trabajo más interesantes. El Llano con sus condiciones topográficas, su clima, sus rigores naturales. Allí el “ordeñador” en las queseras, o el que conduce las puntas de ganado, o el simple veguero son otros tantos protagonistas de una vida difícil que tiene en el canto y en el amor los únicos escapes de posible espiritualidad. Por eso van siempre juntos la copla amorosa con la melodía, que lo mismo puede ser para amansar los animales, como para armar bullicio en la ocasión de un Joropo. Los peones cantan a las reses que encaminan a las ventas o mataderos. Las largas jornadas ofrecen tiempo a las improvisaciones de versos y cuartetas:

Camino del llano viene

Puntero en la soledad

El cabestrero cantando

Su copla en la madrugá aaaaaah

El toro pita la vaca

Y el novillo se retira

Como el novillo era toro

La vaca siempre lo mira

miércoles, 15 de septiembre de 2021

¡QUÉ ONDA ALDEMARO! (2da. parte) Por Alexander Lugo

 


Considerado con mucha justicia como “el músico más completo, más polifacético, más innovador y de mayor talento que ha tenido Venezuela”, graba a mediados del año 2006 lo que sería su último álbum: “Aldemaro Romero y su música”. Allí interpretó sus canciones junto a reconocidos músicos como Rafael “Pollo” Brito, Saúl Vera, Alfredo Naranjo, entre otros. Su comprensión de la música tradicional de Venezuela y su aguda percepción de los estilos y formas de la música académica “clásica”, le permitieron transitar libremente entre lo popular y lo erudito, conectar lo local con lo global y asimilar elementos internacionales dentro de la tradición.

Fue un gran artista que supo poner en diálogo las confluencias musicales y culturales que encontró a lo largo de su vida, partiendo de elementos profundamente arraigados en las tradiciones populares como el joropo, el vals o la gaita zuliana, aprovechando los recursos armónicos, rítmicos, melódicos, tímbricos y formales,  pero en una nueva dimensión.

Su decisión por la “música práctica”, la que se aprende y se hace en el devenir de la vida misma, lo ubica frente a circunstancias y dinámicas relevantes de la música popular en Latinoamérica. Estuvo en contacto con la Bossa Nova del Brasil, las transformaciones del Tango argentino, las músicas afrocubanas; en estrecha relación con el jazz, el flamenco, y otras propuestas urbanas de diferentes culturas.

Si la búsqueda por los caminos de la canción popular era uno de sus mayores empeños, también en el registro académico sus búsquedas no han sido menores. Escuchar, por ejemplo, la Fuga con Pajarillo es toda una experiencia de cómo confluyen generosamente los estilos festivos de la música popular y los rigurosos de la academia en una inspiración y creatividad sin límites. Qué nos dice el propio Aldemaro de su famosa obra:

“La que me ha dado más satisfacciones es la Fuga con Pajarillo, porque es la que más se toca en el mundo entero, en un montón de países y en un montón de ciudades y las tocan gente que yo ni siquiera sé quiénes son, ni les he mandado yo esa música… Gustavo Dudamel, bueno ese es el director que está dando la hora… en el programa incluyó La Fuga con Pajarillo, que yo, a instancia de José Antonio Abreu la orquesté para orquesta sinfónica…”.

A este respecto apunta el célebre director barquisimetano Gustavo Dudamel:

“La Fuga con Pajarillo marcó en Bamberg. Es una pieza que contiene todo, es difícil técnicamente, es extremadamente rica musicalmente, y además que, bueno, ¡más venezolana no puede ser!”. Dudamel describe, en trazos muy emotivos, su contacto con el maestro:

“Cada vez que hablo con él, y él comparte conmigo…, que me diga algo de sus piezas, que me diga: ‘mira esto aquí así’, es como si yo estuviese dirigiendo La Novena Sinfonía de Beethoven y Beethoven me estuviera diciendo: mira Gustavo, aquí quiero esto, o sea que es una cosa que de verdad… es un momento único en mi vida”.

La Fuga con Pajarillo fue escrita originalmente para orquesta de cuerdas, y desde su estreno ha resultado un éxito en todos los escenarios donde se escucha. El director –también larense- Rodolfo Saglimbeni, nos da el siguiente relato de la disciplina compositiva de Aldemaro:

“Recuerdo que una vez le comenté que la Fuga con Pajarillo era la obra de él más tocada en todo el mundo, le dije que, como era sólo para cuerdas, debería componer un gran pajarillo para Orquesta Sinfónica, donde no solamente sean las cuerdas. No habían pasado diez días cuando aterrizó en mi escritorio la Tocata Baquiana y el Gran Pajarillo Aldemaroso; eso no tiene palabras. Esa disciplina no tiene palabras, esa es una de las piezas centrales que tocaremos en nuestra gira a Alemania. La ha dirigido Gustavo Dudamel en Europa, lo mismo sucedió con la Fuga con Pajarillo”.

Aldemaro desde muy joven supo aprovechar los conocimientos y nutrirse de encuentros e intercambios con gente muy culta, no solamente a nivel musical. Saglimbeni nos habla de esta característica del maestro para estar siempre alerta y dispuesto al aprendizaje:

Yo le dije que me contara esos momentos en el hotel Majestic, cuando él tocaba allí, y le preguntaba qué era lo que más disfrutaba de esa época y él me dijo ‘que cuando no tocaba’. Pero ¿cómo? le dije, y me dice que él se acercaba a una mesa y ahí estaban Mariano Picón Salas y Andrés Eloy Blanco, él trataba de escuchar y meterse en la conversación. Tendría unos 18 o 20 años. Viniendo de un estrato bajo fue una persona que se codeó con presidentes, con princesas, con grandes escritores, con grandes músicos”.

Pocos años antes de morir, nos dejó el siguiente testimonio:

“Yo tengo 76 años de edad, nací en 1928 y no he sido rico pero he vivido como tal, porque conozco el mundo entero…, he disfrutado mucho de la vida, he tenido los mejores automóviles, he salido a fiestear con las mujeres más bellas. Ahora estoy condensado en mis amores de ese tipo a mi mujer que es un ángel, a quien adoro y que es responsable por mi felicidad actual. Yo si me muero ahora me muero feliz y en gran parte se lo debo a ella... La tengo a ella como inspiración y tengo mi habilidad que todavía oigo, todavía veo y todavía puedo escribir. Generalmente me despierto a las tres, tres y media de la mañana… y como a esa hora no hay nada más que hacer, me pongo a escribir música”.

Y nos dejó abundante música para todos los gustos, obras que –muchas de ellas- aún están por descubrirse y que esperan inquietas por saltar del pentagrama a danzar eufóricas en su honor. Tomó Aldemaro lo mejor de la esencia de la música venezolana y creó un lenguaje propio, rico y dinámico, que es motivo de inspiración para una cantidad de músicos y agrupaciones.

En la última época de su vida se centró en la música académica y escribió con dedicación hasta el último momento de su aliento, el cual se extinguió, tal día como hoy, en la mañana del 15 de septiembre de 2007.

Por deseo expreso, sus cenizas fueron esparcidas en el Lago di Como, al norte de Italia.

¡Gracias por tanto, Maestro!

 

Alexander Lugo Rodríguez

En la madrugada del 15 de septiembre de 2021









lunes, 13 de septiembre de 2021

Con mi Música a Otra Parte: De la peregrinación de músicos venezolanos por el mundo. Por Alexander Lugo Rodríguez

 



Tratamos en el siguiente texto una investigación referida al desplazamiento de músicos venezolanos a otras naciones, el cual se ha incrementado exponencialmente en los últimos años. Rastrear estos movimientos migratorios alrededor del mundo, ha significado nuestro propósito principal, indagando en la caracterización, motivos, y contextos de los protagonistas. 

Se trata de una investigación que se inscribe en la perspectiva del paradigma socio-construccionista, cuyos fundamentos teóricos hicieron posible concebir diferentes aspectos de la realidad estudiada. Se hizo circular vía internet, un cuestionario a un poco más de cien músicos venezolanos en el extranjero, obteniéndose una alta receptividad y deseos de aportar información.

Del conjunto de encuestas que se respondieron seleccionamos algunos casos para estudiarlos más a fondo, por medio de un dialogo abierto, donde se pudo ampliar la información, obteniendo mayores referencias y datos significativos que explican parte del fenómeno estudiado. 

En este avance presentamos la micro historia de uno de ellos, representado por un relevante músico con una trayectoria importante en el país, como director de su propia banda, así como pedagogo y productor radial, quien además de haber sido nuestro alumno a nivel universitario, hemos mantenido cierto contacto y conocimiento de su desempeño artístico-musical.

Luego de un primer intercambio de opiniones de cómo abordar la información, se le planteó algunos tips que irían en primer lugar identificando al personaje y luego adentrándonos en su vida y pensamiento, fuimos orientando y, en la mayoría de los casos, siguiendo el ritmo y sentido del entrevistado. La mayoría de nuestras preguntas no las colocamos en este texto, solo algunas al final para exponer mejor las respuestas, pero en muchos casos dejamos solo sus reflexiones y consideraciones. La redacción, interjecciones y estilo propio del interlocutor se dejaron -en su mayoría- tal como fueron expresadas. Algunas referencias o informaciones que requieren explicación, la hacemos como nota al pie de página, para contaminar lo menos posible el discurso. He aquí su relato:


Mi edad 43 años. Tengo una Educación superior inconclusa, si es que se puede decir. Soy cantante, cuatrista y baterista.

Formación Musical: Lo que aprendí en el Pedagógico de Música y un Módulo de Teoría y Solfeo en la José Ángel Lamas es lo más académico tradicional que pude hacer, de resto soy predominantemente Empírico como Cantante, Cuatrista, Baterista y Compositor de Música Popular.

Vivo en Colombia, Bucaramanga del Departamento de Santander. Me vine con mi núcleo familiar, esposa y una hija menor, -doce años- en diciembre de 2016. No había vivido en otro País antes.

Me motivo a salir de Venezuela dos cosas principalmente, una de orden práctico, ¡No había para comer! y teniendo hasta tres trabajos a la vez compartidos en la semana como Director del Núcleo Alma Llanera[1] de mi Pueblo de Origen Barbacoas, Trabajaba a distancia en La Mega[2]107.3 con un programa de Radio, y trabajaba con mi Banda “Toberías” cada vez que se armaba la agenda en Festivales Musicales.

Aquí está un artículo muy bueno que me hicieron aquí entre otros que han destacado mi trabajo y da muchas luces de lo ocurrido en mi forma de llevar y hacer las cosas de mi carrera y vocación Profe:


he trabajado al principio con conjuntos Llaneros de aquí como cantante y cuatrista, luego en dupla hice recorrido con música propia con otro Artista de Rap de allá llamado “Tyburcio”, estamos por terminar un Ep aquí de música Popular Colombo Venezolana.

Aquí existe la EMA, Escuela Superior de Artes y Oficios, la que más alumnos, profesores y programas de Formación tiene, allí me desempeñé un año como Percusionista colaborador para el Ensamble de música Popular con integrantes con discapacidad Llamado Ensamble de Música inclusiva.

Ahorita estoy trabajando con una Orquesta Bailable con puros Venezolanos llamado La Swing 35 y junto a un músico “Guaro” fundamos un Trio de Rock, Pop Latino llamado Los Malibú con un año de trabajo aquí en Santander. Y como “Llanero Eléctrico” he tenido honor de participar en los Festivales importantes de la ciudad de Música alternativa y en la Programación de las Ferias de la Ciudad. Ya le pasaré todo eso en imágenes y links…

He estado en cartel de Artistas que destacan las emisoras locales con trabajo musical propio, se realizó un Documental nuestro (Sobre mi vida aquí y de cómo llegue y que hago a través de la música y del colega “Tyburcio”) por parte de la UNAB, Universidad Autónoma de Bucaramanga, una de las más importantes. Toco todos los años Joropo en el Festival de las colonias en el Marco de la Feria Bonita que llaman aquí la feria de la ciudad.

En la “Colonia de los Venezolanos” claro, todo quizás suena pomposo, pero unos eventos son bien producidos, otros no tanto pero lo importante es que aquí varios como yo tratamos de dejar el nombre de nuestro País limpio y que se note y reconozca nuestro talento y aporte a través de la música en esta ciudad.

Vamos, vamos, me interesa mucho, hace tiempo que quería contar con una plataforma propia para saber quiénes somos, qué y cómo hacemos lo que hacemos aquí con la música, pero el día a día agobia, pues aun toco en la calle, con las bandas pero igual en la calle, no deshonra pero cansa a veces, lo confieso jeje… Pero doy Gracias a Dios porque desde el día uno aquí he sustentado mi familia con la música y ahorita puedo estar cantando en un restaurante, luego salgo pa’ una fiesta privada con la orquesta y más tarde estoy en un Festival de los buenos tocando, lo importante es hacerlo y representar bien.

También me he integrado con mis hermanos colombianos muy bien, hemos hecho cosas con ellos interesantes, aunque sin cuajar como quisiera, pero nos respetan mucho, mucho, muchísimo, como músicos y nosotros a ellos también. Cuando quiera y podamos le cuento, también le puedo dejar algunos audios con mi declaración al respecto y de allí sacará su redacción y edición si quiere.

Mire, todo lo que digo, lo digo con mucha humildad mi Profe. Mi única intención aquí es que si nos tocó esto, pues conquistemos no solo Colombia, sino cada Músico paisano mío que tenga visión y vocación pueda representar bien a nuestro País.

Salí de allá también porque no quería ese ambiente para mis hijos y porque sentía que desencajaba moralmente con lo que imperaba en la calle, la viveza criolla y la pérdida del respeto por el ciudadano

Y por la seguridad personal de mi familia porque yo regresé a mi Pueblo donde fundamos un Núcleo del Sistema con ayuda de la Gente de San Sebastián de los Reyes, pero yo no podía estar dando clases y tirarme al suelo esquivando balas con la guerra que había allá con el Picure[3] y luego las demás bandas delincuenciales que se formaron, me fui un año a Maracay y de la casa de mis suegros planeamos nuestra huida y bueno aquí estamos…

También grabo temas para colombianos y venezolanos, allá[4] estaba estudiando un Diplomado de Audio y producción que lo deje a mitad por venirme pero aquí lo puse en práctica y ciertas épocas del año también le grabo y produzco a otros, así que también Producción Musical hago Profe.


(En este punto le planteo una serie de preguntas):

-¿Cómo fue la intención de salir de Venezuela? ¿Qué te motivó? ¿Cómo hiciste para logralo? ¿En qué .medio de transporte- te fuiste? ¿Alguien te ayudó? ¿Se han ido cumpliendo tus metas? Háblame de tus sueños, y qué aspiras lograr

Duramos ese año esperando pasaporte de los tres, mi hija, esposa y yo, faltaba el de ellas porque ya yo lo tenía, pues en la FIMVEN[5] me habían invitado a algunos países [junto] con Toberías, y yo hice la diligencia, eso no se dio pero me sirvió pa´ salir con mi gente.

Me vine por Boca de Grita y pase a Puerto Santander, no entre por Puente Simón Bolívar.

Estuve en Cúcuta tres semanas más o menos y luego reuní algo más, me prestaron dinero desde aquí, un amigo-compadre de Venezuela, y llegué con 200 mil pesos a Bucaramanga.

Desde el día dos comencé a trabajar fijo en un restaurante con el Cuatro eléctrico y pistas.


¿Qué pasó con Toberías[6]?

Se desintegro en 2014

Nos prometimos reunirnos este año aquí en Colombia, tres de los originales, pero se echaron pa´ tras, dos están en Ecuador, uno vino y se devolvió y los demás en Venezuela y Punta Cana.

Ahorita yo retomo es como “Llanero eléctrico” porque el video viral ese donde versioné el tema Creep de Radiohead lo conocían aquí y pues viene alguien muy importante y conocedor del tema de manejo y producción de artistas este mes para trabajar conmigo en nueva alineación, estrategia y etapa artística…


-¿Podrías decir que el trato de los colombianos y la aceptación hacia ti y tu trabajo han sido buenas?

Hubo algunos pocos xenofóbicos al principio como todo proceso, a veces repuntan, pero es porque la calle es dura y hay muchos paisanos que no cuidan el mercado, es así. Pero en lo personal pues creo que a mí me ha ido muy, muy bien, cuento con el respeto y la consideración de mis hermanos colombianos músicos y no músicos aquí en líneas generales.

A veces siento que estoy en Maracay o Caracas cuando voy a un Teatro, local alternativo o programación, jeje, no todo el tiempo, pero si cuando están los conocidos de la movida, los programadores de eventos y los colegas.


-¿Y te da para vivir y atender a la familia?

Sí, pero yo he procurado anteponer mis principios, respeto por la gente como debe ser y me he ganado espacios de trabajo que me han permitido estar a flote, aunque económicamente a veces es duro y nos endeudamos o estiramos aquí y allá pa´ pagar nuestras cuentas, a mí me mantiene mi versatilidad en el gremio y la confianza y respeto de los que tienen locales o actividades privadas y pues siempre procuro trabajo digno.

 Hay muchos más intríngulis en esto, pasa que no estoy en la nota de destacar el drama, porque si lo hay, pero muy adentro no me puedo quejar, nunca había tocado tanto en mi vida ni sabía que la cultura musical heredada de mi Pueblo, mi Familia, y Caracas lo que me dio me iba a servir de tanto, tanto, agradezco a Dios por eso. Te lo digo hasta en números:

Aquí se paga arriendo entre 250 mil pesos una habitación en la periferia, hasta 400 mil en el centro, una casa con 3 habitaciones en el barrio 500 mil aproximado. Un plato de comida vale entre 6 a 8 mil pesos. Las cuentas pueden ascender a cerca de 700 mil por mes pagando servicios básicos. Pues cuando mi esposita no ha tenido suerte, yo cubro solo todo eso en épocas, a veces si a veces no pero cuenta uno con el otro. El año 2017 yo sacaba de 35 mil a 45 mil diarios, suficiente para pagar todo.

Pero después la calle dejo de dar y se tuvo que emprender y migrar a otra parte del mercado, tocar con grupos, duetos, en la calle pa´ que luego lo contraten a uno pa´ los eventos privados y así.

Mi mujer es manicurista aquí. Ahorita está trabajando en un salón de clientela estrato cinco a seis, platica, pero ella pasó un año independiente, a domicilio, le fue bien y luego decayó. Ella estudió fue Cine o comenzó, pero tiene experiencia, además es mi socia desde hace siete años en Toberias y ahora en Llanero eléctrico, es mi modista y asesora de imagen y producimos todo juntos, cuando vienen las temporadas de presentaciones con lo mío.

 

-Ah que bien, están asociados en la parte laboral también! ¿Y cuántos hijos tienen?

Una niña de cuatro años. Pero yo tengo uno de once allá de la anterior administración, jajajaja.


(Dejamos hasta aquí la entrevista, y nos despedimos):

-¡Hay material suficiente para una buena Historia de tu Vida! Debemos trabajar en ello. Por Ahora tomaré lo más relevante para el articulo y guardo para lo que vendrá! Muchas gracias por tu tiempo y gran disposición. ¡No todo el mundo lo hace! Seguimos en contacto y conversando de todos eso aspectos tan valiosos de ¡la aventura del vivir fuera del terruño! Escríbeme cuando quieras. Un gran abrazo para ti y tu esposa e hija. ¡Dios los acompañe!

AMEN, GRACIAS POR LA CONVERSA, POR SUS PALABRAS Y POR TOMARME EN CUENTA.

Alexander Lugo Rodríguez








[1] Célebre delincuente, José «El Picure» Tovar, jefe de la banda delictiva homónima que operaba en el estado Guárico y zonas vecinas. Fue abatido en el año 2016 junto a ocho integrantes de su banda

[2] En Venezuela



[3] Se refiere al Programa “Alma Llanera” perteneciente a El Sistema de Orquestas y Coros de Venezuela

[4] Estación de Radio en frecuencia Modulada, ubicada en Caracas. Su programación se dirige fundamentalmente a los jóvenes.

[5] Feria Internacional de Música de Venezuela FIMVEN, 2016

[6] De la página Web: https://vegetarukawa.wordpress.com/2015/12/08/joropo-central-rock-venezolano-toberias/ se recoge la siguiente información: Originarios de Barbacoas, Estado Aragua, esta agrupación nace con la intención de hacer la música que les gusta e imprimir un toque muy venezolano, así nace esta fusión de joropo central con algo de rock y un poco de hip hop cuando toca.



sábado, 11 de septiembre de 2021

¡QUÉ ONDA ALDEMARO! -A 94 años de su nacimiento-. Por Alexander Lugo

 




A pocos años de su nacimiento, ocurrido un doce de marzo de 1928, se reveló como un niño especialmente dotado para el inefable mundo de los sonidos. Aunque algunos señalan que aprendió solo, su padre Rafael Romero lo inició en el arte de la música, oficio que era su modo de vida, la cual se ganaba tocando en bailes y dirigiendo bandas municipales. Se dice que a los nueve años Aldemaro ya “tocaba la guitarra y cantaba en la hora infantil de la radio” de su pueblo natal, Valencia. En las primeras décadas del siglo pasado era Valencia un pueblo grande, tranquilo y muy colorido en su arquitectura.   

Cuando cumplió los catorce años la familia se muda a Caracas, el joven Aldemaro ya le había agarrado el gusto a presentarse en la radio y, era de esperarse, comenzó a escaparse de su casa para tocar -ahora como pianista- en varias emisoras caraqueñas, pero además en algunos piano-bares y cabarets, de donde su indignado padre “iba a sacarlo por las orejas”.

Poco podían hacer ya para desalentarlo de sus propósitos artísticos, la comprensiva, aunque firme madre Doña Luisa y el siempre riguroso Don Rafael. Por lo que al poco tiempo despliega su ímpetu de músico “guataquero y mata-tigre”, tocando en los sitios de moda de la época, como el hotel Majestic, el Copacabana o El Patio, donde además llego a conocer importantes figuras como Celia Cruz o Elena Burke. Así lo refiere él:

Mi carrera musical comenzó con las enseñanzas de mi padre y el segundo comienzo fue en Caracas cuando llego y quedo perplejo ante esta urbe, esta cantidad de gente, una cantidad de radioemisoras, sitios nocturnos donde actuaban los artistas. ¡Yo quería pertenecer a ese mundo! Mi papá tenía temor de que yo fuera músico, y tenía un temor justificado porque siendo él músico habíamos pasado mucha hambre, y él no quería que yo corriera la misma suerte. Mi mamá era más exagerada, mi mamá quería que yo fuera cura. Una de las extravagancias de mi papá era salir de noche a ver las vidrieras del centro de Caracas con mi mamá del brazo y pasó frente al cabaret ese, el piano bar que hay ahí y me oyó tocar desde afuera y dijo ahí está el muchacho y entró y me sacó por una oreja”.

También desde muy joven sintió Aldemaro ser poeta, y acaso por serlo se le negó el reconocimiento que merecía. Pero su descollante impulso por trascender lo llevó a emprender con éxitos sus quimeras. De trato no siempre fácil, sus relaciones fueron muchas veces tormentosas, se supo rodear de gente querida y no faltaron los episodios que con el tiempo nunca se terminan de comprender, como su rompimiento temprano con la pedagogía del maestro Sojo o sus eternas rivalidades con ‘Billo’ Frómeta.

A decir de amigos cercanos, Aldemaro “fue un hombre bastante polémico e irascible a veces”, de su espíritu controvertible surgieron expresiones habladas y escritas que incomodaron a muchos sin duda. Manuel Graterol Santander (‘Graterolacho’) recuerda a su entrañable amigo: “siempre le han criticado al maestro Aldemaro las rabietas y el querre querre, pero eso es pasable con una persona con tantas virtudes como él”.

Un personaje importante en su formación musical, aunque nunca le dio clases directamente, fue Luis Alfonzo Larrain, el director y arreglista de la Orquesta de baile más cotizada en la Caracas de los años cincuenta. Larrain fue modelo para Aldemaro como hombre de los medios de comunicación, particularmente de radio y televisión, la publicidad, autor de cuñas comerciales, así como pionero en la industria del disco y también como dirigente gremial en pro de los músicos y compositores. Todas estas facetas fueron luego abordadas con gran éxito por Aldemaro Romero, y es relevante observar como desde niño lo admiró. Veamos el siguiente relato de ‘El mago de la música bailable” como se le conocía a Luis Alfonzo:

Se me presentó en Radio Caracas, era yo director musical, un muchachito de quince años serían, se presenta con un papel de música, y me dice: ‘Mire yo escribo música y compongo’. ¿Ah si? ‘Mire yo hice este bolero a ver qué le parece, si le gusta para meterlo en la orquesta suya verdad’. Bueno dámelo acá. ‘Guárdelo que yo vengo mañana’. Entonces me puse a verlo y veo en realidad muy bonita la música compuesta. Cuando llegó le dije mira esto está muy bonito pero esto no es una pieza, esto son tres piezas, porque tú has hecho tres estilos distintos…, así que aprovéchalas, vas a tener tres piezas en vez de una. ‘Ah bueno yo lo hago, yo entendí perfectamente’. Y se fue. Al día siguiente volvió: ‘Mire aquí está una de ellas la que más me gusta’. La tenía hecha para la orquesta incluso, y me dice: ‘¿Qué le parece?’ Y le dije: bueno déjamela, y la ensayé, buenaza toda, bonita y bien arreglada. ¿Y el arreglo lo hiciste tú? ‘Siii claro’. Concho talentoso este muchacho. Entonces le dije vente para que conversemos un poco. Se vino el otro día. Le dije mira a ti no te gustaría trabajar de esto: hacer arreglos para la orquesta. Me dijo: ‘Ah como no’. Y empezó a trabajar, era un sueldito pero le caía a él muy bien… Entonces me trajo piezas para la orquesta, buenazas. Y se transformó en arreglador de la orquesta mía”.

 

Aldemaro por su parte reconoce esa fabulosa experiencia con la orquesta de Larrain:

“Él puso en mis manos un laboratorio gratis, para yo probar lo que estaba aprendiendo, porque me puso una orquesta muy buena para la cual yo escribía. Él me compraba los arreglos pero yo se los hubiera hecho gratis nada más que por la oportunidad de aprender con aquella orquesta lo que yo estaba escribiendo. Porque yo aprendí solo, aprendía oyendo, comentando, leyendo y en la práctica. Y entonces la orquesta me servía como un laboratorio perenne”.

 


Todo esta experiencia contribuyó a definir su carrera, con su original estilo de pianista y compositor de canciones populares, así como también le permitió adquirir conocimientos que luego amplió con la orientación que recibiera del gran pianista y compositor Moisés Moleiro y del maestro Rafael Minaya, quien lo introdujo en la orquestación moderna y el jazz.

         Por sus excelentes relaciones internacionales y su trabajo de gran impacto en diversos países de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, fue reconocido y laureado con importantes logros, como el “Premio de la Paz de los Intelectuales Soviéticos”, por su música en la película “La Epopeya de Bolívar”, en el Festival de Cine de 1969 en Rusia. Asimismo gana en 1974 el “1er. Premio como Arreglista y Director en el Festival de la Canción Latina de México”, en el 75 el “Superestrella Internacional en el Music-Expo de Miami”, en 1976 resulta ganador del Festival de Mallorca, y en 1977 de las Olimpiadas Musicales de Grecia.

Fue nombrado el primer director general del Poliedro de Caracas, fundador y director principal de la Filarmónica de Caracas, a partir de los años ochenta es conductor de diversos programas de Radio y Televisión. En el año 2000 recibe el Premio Nacional de Música de Venezuela y en el 2006 se le otorgan tres Doctorados Honoris Causa. Autor de cinco libros y artículos en diversos periódicos. Con el libro “Cosas de La Música”, obtiene la Mención Honorífica al Premio Municipal de Literatura 1992, y al año siguiente gana el Premio al Mejor Artículo Humorístico del diario El Nacional.

También llegó a ser electo Presidente de la Asociación Musical y Senador del antiguo Congreso de la República. Pero no se le recuerda por estos méritos, altas distinciones y cargos públicos, sino por ser un músico completo y sobre todo por la creación de un género que renovó la interpretación de la música tradicional venezolana, su ‘Onda Nueva’



Convencido, como muchos otros músicos, de que los repertorios de la tradición musical venezolana merecen el mayor de los reconocimientos, su invención de la Onda Nueva fue en verdad la búsqueda de un formato que pudiera competir con otros géneros y situarse en los oídos del mundo como ya estaban otros poderosos géneros musicales de Latinoamérica. Aldemaro solo siguió su instinto y pulsaciones:

“Bueno es que yo soy creador, yo invento cosas en la cabeza, inclusive he sido así desde pequeño. Cuando yo estaba pequeño yo oía tocando música y se me ocurrían cosas que superponer a la música que yo estaba oyendo. Pero eran creaciones mías”.

 La Onda Nueva significó no solo una innovación en el ritmo, o un simple cambio de instrumentación, sino todo un concepto del manejo del lenguaje que hace de esta música algo especial, que suena siempre renovada y fresca, una música eternamente joven y dinámica.  Aldemaro le dio forma y la elevó con un repertorio de hermosas canciones.

Una de sus primeras “divas” del canto fue María Teresa Chacín:

“Las canciones de Aldemaro se pierden de vista porque es un músico muy completo y su melodía con sus letras son algo maravilloso que para nosotros a veces es un reto. Aldemaro es un músico ante todo. Por ejemplo, la que acabo de grabar ‘De Conde a Principal’, él mismo me decía no, eso es muy difícil. ¡Y qué letra! qué letra tan bella. Estuvo 37 años sin letra y ahora me la hizo para este disco. Yo considero como dos o tres generaciones que han sido influenciadas por esa música: Huáscar Barradas, Ilan Chester, Ofelia del Rosal, María Rivas”.

 El productor radial rumano-venezolano Jacques Braunstein, quien mantuvo durante 54 años el programa radial “La voz del jazz”, fue la persona que bautizó el invento sonoro de Aldemaro -con el gran aporte rítmico del “Pavo” Frank Hernández en la batería- como Onda Nueva. En una entrevista publicada en la revista Sala de Espera señaló Braunstein: “Tengo muy buenos recuerdos en estos 53 años. He tenido la dicha de haber entrevistado a artistas muy interesantes y famosos como Thelonious Monk, Paquito de Rivera, Dizzy Gillespie, Aldemaro Romero o Eddie Palmieri”. Con respecto al creador de la Onda Nueva expresó:

Aldemaro trabajó un tiempo en ‘Radio Caracas’, y después de su contrato decidió marcharse a Estados Unidos, para estudiar y componer y para hacer cosas diferentes. De este periodo de su vida nace un momento muy feliz, la grabación de un disco que hizo historia en Venezuela y en el Mundo entero, que se llama ‘Dinner en Caracas’, que vendió millones de discos. Este disco fue producido para la RCA y luego le pidieron a Aldemaro, en la misma serie: ‘Dinner en Bogotá’, Dinner en varias partes. Pero ninguno tuvo la importancia y la trascendencia de la música venezolana bien hecha como la hizo Aldemaro Romero en “Dinner en Caracas”.

     Con relación a ese famoso disco y su autor, señala el maestro Jesús Soto:

“Yo lo vengo siguiendo desde los años cincuenta cuando él tenía su orquesta. Yo tengo discos… desde que sacó “Dinner en Caracas”. En realidad el gran impacto que yo sentí, un impacto muy personal, fue cuando Aldemaro empezó a escribir esas maravillosas canciones, y a cantarlas él mismo. Y yo recuerdo haber escrito de mi fascinación… Y tal vez por eso yo canté ‘Hablaré Catalán’. Cuando yo lo grabé finalmente, que Chuchito (Sanoja) me dijo: ‘pero está bien así Soto, no exijas más, está bien’. Y yo le dije: cuando Aldemaro oiga esto me va a matar”.

     De la denominación del nuevo género musical, señala Jacques Braunstein: “Comienza a tocar una música que me gustó muchísimo, y después que terminó, Aldemaro me preguntó: ¿cómo llamarías tú esa música? Le dije: a mí me suena como Onda Nueva”. Simón Díaz recuerda su amistad y la canción que le dedicó:

“Aldemaro sí me compuso una a mí, la que se llama Carretera. Por cierto yo lo invité para llevármelo para el llano, yo lo llevé en mi carro…, él no conocía el llano, por primera vez iba a ver su llano… Y ese llano lo ve tan largo y tan inmenso que compuso una canción. Y después me dijo: ‘esa canción te la compuse a ti, se llama Carretera”.


Aldemaro Romero, quien fallece un 15 de septiembre de 2007, relata cómo fue el proceso de creación de su propuesta para la música popular venezolana: “Entonces yo en vez de hacer un trío con arpa, cuatro y maracas, lo hice con piano, bajo y batería. Y ‘El Pavo’ (Frank) contribuyó con el golpe de la batería que tiene la Onda Nueva, que es autoría de él”. Y nos revela: “Se me ocurrió la idea de crear una música venezolana que compitiera con la bossa nova de Brasil que estaba de moda y la música de Piazzola. Todos estos países tenían su música propia nueva, renovada y Venezuela no la tenía”.

Pudo contar el país, desde el año 1968 con este nuevo género que vino a enriquecer y dinamizar su música popular. Aldemaro Romero innovó, impulsó y logró brindar un gran aporte a nuestra música popular y sobretodo promovió y proyectó la música venezolana, tanto con sus creaciones de corte académico-sinfónicas como aquella basada en los ritmos tradicionales y populares.

En este sentido, quizás sea Aldemaro de los que más ha comprendido e innovado los géneros musicales del país, y uno de sus grandes operadores, pues partiendo de los repertorios populares ha construido una sonoridad que reconocemos como propia pero que se abre con destreza y singularidad hacia otros territorios, a otras esferas sonoras de gran impacto social y cultural para los venezolanos.

 

Alexander Lugo Rodríguez

11 de septiembre de 2021. Con la luna en cuarto creciente





  


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